jueves, 31 de octubre de 2013

CAPITULO 27 - ¿Prisionero o traidor?


Y allí estábamos nosotros, después de haber caminado a duras penas por el bosque, después de haber perdido a Zoe... Entonces llegamos a mi antigua casa, la mansión se alzaba imponente en medio de la arboleda. Frente a ella evaluábamos por donde entrar. Escalofríos me recorrían el cuerpo, tenía miedo de no saber que hacer cuando estuviese dentro... Irme de allí fue fácil, pero el volver a entrar... Hacía sentirme como una traidora, iba a matar a alguien que me quería, y si no lo mataba iba a dejar que esa persona matase a mis amigos.

Íbamos a entrar por la parte trasera, donde había una puerta de la que yo aún tenía la llave.
Avanzamos sigilosamente, apuntando con las pistolas al vacío, siempre listos para el ataque.
Era una noche cálida y reinaba el silencio, solo se veía una luz encendida ya por las noches los criados se iban a dormir temprano, mientras mi padre se encerraba en su despacho a "ocuparse de sus asuntos". La parte trasera solo tenía una verja eléctrica que protegía la casa.

- ¿Que ha sido eso? - Preguntó rico. Nos paramos un momento para escuchar pero nada...
Avanzamos unos metros mas. Dar la vuelta  a la casa se me estaba haciendo eterno... Se oyó un chasquido de ramas partiéndose. Todos nos giramos
-Joder, os lo dije... Quedaos aquí, voy a echar un vistazo.
Se acercó en silencio, sin nunca bajar su arma.  Tras unos pasos desapareció al cruzar la esquina.  Solo hubo silencio y mas tarde un grito.
Eché a correr apartando a Black y me encontré con Rico aún teniendo convulsiones por la electricidad. Me tapé la boca para evitar un grito, dejando caer mi pistola al suelo.

- Una pena, se acercó mas de lo debido a la alambrada... Vayámonos - Dijo Black frío como el mármol.
-No seas así - Le reprochó Ryu agarrando a Juliette por la cintura.

Me agaché para recoger mi arma, y vi que en su mano sostenía un trozo de camisa arrancado. Ellos podían pensar que era idiota, pero yo creía que no lo era tanto como para ir de cabeza a una verja eléctrica. Alguien tubo que empujarlo...
No lo dije, no quería preocupar mas a la gente. Así que llegamos a la puerta, abrí y subimos al piso superior sin ningún problema.   La casa estaba llena de inmaculadas paredes blancas, las escaleras eran de cristal y había finísimas porcelanas decorando la estancia, las rosas blancas y rojas inundaban la entrada. Todo estaba tal y como lo recordaba...
Nos dividimos para buscarle. Me dirigí al despacho, abrí la puerta de una patada y...

-Arlet, que haces aquí?!?!?! - Estaba de pié charlando con mi padre, con las heridas cuidadas...

¿Era un traidor o era un prisionero?


lunes, 28 de octubre de 2013

CPITULO 26 - Un recuerdo latente

Black se acercó por la espalda, me puso la mano en el hombro mientras yo lloraba y me dijo un "lo siento" franco... A pesar de un ojo le hubiera sido arrancado, era el único que se había dado cuenta de la ausencia de Arlet a parte de mi, o por lo menos el único que había manifestado su preocupación...
-Lo siento de veras, pero tenemos que partir- Yo asentí con la cabeza, limpiándome las lágrimas, en mi interior quedaba una remota posibilidad de que siguiese vivo, pero viendo las heridas de los demás, sabiendo que había mas minas escondidas... Tenía que hacer serios esfuerzos para que no se disiparan de un momento a otro.
Era de noche y no queríamos volber a atravesar el jardín asi que decidimos ir a pié hasta la casa del presidente, quedaba relativamente cerca. Zoe y Ryu ayudaban a Juliette, que tenía el hombro destrozado, y Black explicaba los planes algo agobiado, ya que ahora el estaba al mando.

Pasamos unos 15 minutos andando, cada uno absorto en sus propios pensamientos, ya se veían las luces de la mansión presidencial, aquella que había sido mi hogar, cuando apareció un grupo de soldados armados, nos debían haber seguído, eran bastantes.

El primero en darse cuenta fué Rico, que se gró en un instante y disparó alcalzando al primer soldado con un tiro certero entre los ojos. Jugabamos con la ventaja de la oscuridad, Black luchaba cuerpo a cuerpo contra los soldados, arrancando metralletas de sus manos y disparando sin piedad, Rico tras el refujio de una roca disparaba haciendo que calleran uno a uno, yo me las arreglaba como podía, era bastante buena en un mano a mano, pero ellos llevaban pistolas y yo no, pero eso no me intimidaba, algún día tenía que morir, y si iba a ser ese yo estaba dispuesta. Luchaba con la rabia de una mujer despechada, acababan de matar al hombre que amaba y lo estaba pagando contra ellos.
Luchaba contra un soldado, alcanzándole a dar algún puñetazo, pero esquivaba la mayoría, yo me movía agil, esquivando su navaja, pero en un instante, sin ni si quiera darme cuenta, se hundió cerca de mi rodilla, no pude evitar exclamar un grito de dolor y llevarme la mano a la herida al sentír como penetraba mi piel. El soldado aprobechó este instante para darme un codazo en la nuca y hacer que callera de rodillas en el suelo, me agarró por el pelo y me mantuvo tirante.
-Va a ser una penamatar a una mujer tan valiente y guapa... - Dijo sonriente y orgulloso de su "gran" combate. Se sacó una pistola del pantalón y la posó en mi nuca, sentía el frío metal, la rodilla me ardía, me dolía demasiado, el suelo se llenaba de sangre poco a poco, oí el leve chasquido mientras quitaba el seguro y cerré los ojos esperándo oír el cañonazo final, traté de pensar en algo bonito, pero no podía, solo me preguntaba si iba a morir o no...
Entonces noté como aflojaba el peso de su arma sobre mi nuca, como soltaba algo mi pelo, abrí lentamente los ojos y vi a esa mujercita con cara de niña, clavando su espada en el costillar de mi atacante, me guiñó un ojo y me tendió la mano para levantarme, muchísimos soldados habían muerto, pero llegaban refuerzos... Echamos a andar, Zoe me ayudaba, pero Juliette iba demasiado despacio, el hombro se lo impedía, Ryu trataba de ayudarla, pero esto lo empeoraba, decía que nos fuéramos sin ella, pero nadie estaba dispuesto. Tropezó contra algo en el suelo y calló, daba pequeños gemidos y lloraba mientras se llevaba la mano al hombro herido. Un soldado se aproximaba, intentó tirarle un cuchillo, pero sus antes tiros certeros ahora no le alcanzaban mas lejos que sus pies... Zoe saltó en su defensa, haciendo tiempo para que Juliette se pudiera levantar con la ayuda de Ryu. Esa joven era valerosa, y repleta de coraje, manejaba las espadas como nadie lo hacía, incluso mejor que su maestro, las había convertido en extensiones de sus brazos, esquivaba puños, y las balas rebotaban al chocar contra sus armas... Corrió hacia un soldado, y lo atravesó clavándole la espada en el abdomen, pero el tenía una navaja que a su vez clavó a Zoe en el estómago, estaban clavados el uno en el otro, ella miró estupefacta a el cuchillo del soldado y a su cara, asustada se le saltaron las lágrimas "iros" dijo en un suspiro. El hombre trató de aferrarse a su cuello, pero ella soltó la espada cayendo hacia atrás, la mano del soldado le rozó la cara dejándole un rastro de sangre, se mantuvo en pié tambaleando por un instante, calló de rodillas y hacia delante en el suelo al lado de Zoe, que estaba tendida boca arriba "mirando las estrellas", algo que tanto le gustaba hacer...
Juliette luchaba por ir junto a ella contra los brazos de Ryu, Rico se maldecía por no haberla protegido y yo simplemente lloraba en silencio... Tuvimos que irnos, Zoe murió, no la volvimos a ver, pero en nuestra mente y corazones siempre vive su recuerdo, su sonrisa está latente en la nuestra.


domingo, 27 de octubre de 2013

CAPITULO 25 - Donde estás?

Estaba tirada en una esquina, esperando a que el mundo dejara de dar vueltas vertiginosamente, a recuperar mi oído...
Empezaba a recobrarlo cuando al entrar en la casa vi como Zoe  gritaba y lloraba desconsolada, tirando todos los exuberantes jarrones de sus mesas, destrozando todo lo que encontraba a su paso, poseída por la rabia de que hubieran matado a alguien a quien siempre había querido arremetía contra todos y todo. Rico se mantenía cabizbajo, observando el espectáculo, cuando ya creyó que era suficiente, tiró el arma al suelo y se acercó a Zoe deteniéndola de romper otro mueble mas, la rodeó con el brazo por el estómago y evitó que avanzara, a pesar de sus gritos, lagrimas, puñetazos y patadas. La forzó a abrazarle, la apretó contra su pecho, y aun que ella arañaba su espalda y trataba de apartarlo, se acabó calmando lo abrazó tranquilizada. Le dio un beso en la mejilla
-Me dijo que cuidara de ti, siempre te ha querido mucho...
Zoe se apartó de el delicadamente, limpiándose las lágrimas algo mas serenada, no dijo nada sobre lo que le acababa de decir Rico, simplemente vino al rincón donde yo estaba sentada, apartó con el pié los trozos de jarrón roto que había en el suelo y se dejó caer a mi lado.
-Lo han matado... Y ese idiota ha huido... Te juro que lo encontraré, me encargaré yo misma de matarlo, de que pague por el daño que ha hecho.
Asentí con la cabeza, no podía hablar aún, me encontraba demasiado mal, pero que yo no le respondiera eso a ella no le importaba, es mas, creo que no tenía demasiado interés en que lo hiciera.
Pasadas varias horas ya me volvía a encontrar bien, Zoe se dedicaba a afilar sus espadas, bajo el ojo atento de Rico, así que decidí ir a buscar a Arlet. Avanzaba por la casa, abriendo puertas desesperada, con los nervios a flor de piel, todo era un desastre. Black con un parche, a Ryu cuidando de Juliette, Zoe destrozando la casa, Rico en un mundo a parte con mirada asesina... Pero por que no estaba Arlet?
Intentaba encontrar excusas, pero la verdad es que no encontraba ninguna excepto su muerte... Si el dueño de la casa no estaba seguramente era que ya estaban advertidos sobre nuestras intenciones, nadie hubiera enterrado minas bajo su jardín si pensase volver allí... Si mis suposiciones eran verdad, no lo se, pero Arlet no estaba y eso me llegaba para desesperarme. Golpeé la pared con los dos puños y me quedé con ellos y la cabeza apoyados, las lágrimas recorrían mi rostro, la rabia me corroía por dentro, lloraba histericamente, tratando de hacerlo en silencio, pero no podía conseguirlo. NO sabía por que había aceptado aquella locura, un viaje hacia mi muerte y hacia la de los demás tambien

martes, 22 de octubre de 2013

CAPITULO 24 - Explosión

Llegamos a la siguiente casa, la del ministro de defensa y tecnología. Tenía una simple valla que nos llegaba por la cintura o un poco mas, no había nadie en el jardín y tampoco en los alrededores, así que pudimos entrar por delante y no por la puerta trasera como solíamos hacer.
Alec saltó la valla, mientras los demás estábamos entrando por la verja, el ya estaba a unos metros de la casa cuando de repente BOUM! una mina estalló bajo sus pies, vi como se le volaba una pierna por completo y parte de la otra, caí al suelo, todos caímos, Arlet trató de aproximarse a mi, pero lo hizo en vano, nos separaban unos metros. Pasé un instante aturdida, no oía nada, solo un agudo pitido, la cabeza me daba vueltas, me lloraban los ojos, no podía sostenerme en pie, el mundo giraba demasiado rápido para mi...
A Juliette se la había clavado una especie de barra de hierro en el hombro que la tenía prendida al suelo, la miraba horrorizada entre gritos de dolor y de espanto, trataba de quitársela con la otra mano, pero no lo conseguía, Ryu se aproximó a ella y le hizo a Zoe un gesto para que fuera allí, ella no estaba en demasiadas malas condiciones, tenía rasguños y algunas heridas pero nada tan gravecomo lo de su hermana, veía que hablaban entre ellos pero no podía escuchar, solo estaba ese molesto pitido atronando en mi cabeza. Zoe la aguantaba por un hombro para que no se moviera y Ryu arrancó de un tirón lo que tenía clavado, era enorme y estaba lleno de sangre, lo cual me mareó aún mas si cabe, Juliette seguía retorciéndose de dolor, ya no parecía aquella mujer fría y calculadora, si no una niña indefensa a la que acabaran de torturar.
Por otro lado estaba Alec, Rico se enderezó y fue corriendo hasta el, al cual le lagrimeaban los ojos, y arañaba el suelo, pero sufría en silencio, sin gritos ni lamentos. Le dirigió unas palabras a su amigo, el cual sacó un cigarrillo de la chaqueta de Alec, lo encendió y se lo metió en la boca, el le dirigió una forzada sonrisa de agradecimiento, acto seguido lo agarró por la camiseta y con cara de súplica le dijo algo que parecía ser importante, Rico asintió, cogió su pistola y le disparó tres veces, acabó con su agonía de una bala entre los ojos.
Pero a mi lo que realmente me interesaba era Arlet, donde estaba? que le había pasado? estaría herido? estaría muerto? Me aterraba pensar en esto, así que traté de apartar esos pensamientos de mi mente. La gente entraba a la casa, Juliette ayudada por Zoe y Ryu, Rico entre lágrimas... Pero yo seguía tirada en el suelo, luchando por levantarme y no volver a caer, Black comenzó a gritarme algo desde la puerta, a hacerme ademanes para que entrase. Comencé a hacer esfuerzos cada vez más grandes para ponerme de pie, cuando lo conseguía avanzaba a trompicones, cayendo y teniendo que apoyarme en manos y pies para avanzar, la vista se me nublaba, todo daba vueltas, no podía oír nada, y la cabeza me estaba a punto de estallar. Ya estaba entrando cuando hubo otra explosión que me hizo caer y revolverme en el suelo de dolor, me explotaban los oídos. Todo salió disparado por los aires, un trozo de madera algo mas grande que una astilla se le clavó en el ojo a Black, me dio tanto asco que no pude evitar vomitar, a pesar de todo yo seguía en el umbral de la puerta tratando de encontrar a Arlet... Black me arrastró hacia dentro, me tiró en el suelo y se tapó el ojo, me comportaba como una idiota, como una borracha, me temblaba el cuerpo entero, me caía por los pasillos y no atendía a sus gritos. Pero me daba igual por que lo único que me torturaba mas que los dolores que estaba padeciendo era la pregunta de:
¿Donde estaba y que le había pasado a Arlet?


domingo, 20 de octubre de 2013

CAPITULO 23 - Todo acaba bien...

Me desperté a su lado tirada en la cama, el me aferraba con sus brazos y yo a la esperanza de que todos los días fueran así. Nos levantamos y vestimos con nuestra ropa habitual de, Arlet andaba descalzo y sin camiseta por el pasillo cuando Sarah lo atravesó corriendo, el la alcanzó al instante y la subió hasta sus hombros.
-A donde vas tu enana? - Le preguntó de buen humor, sosteniéndola en el aire.
-Tengo hambre... - Se limitó a decir la pequeña.

En ese instante paseaba Alec por por la planta baja con un cigarrillo en la oreja.
-Alec, dale algo de comer a la niña
-Está bene
Sarah bajó corriendo escaleras a bajo. Yo estaba apoyada en el marco de la puerta de brazos cruzados y sonriente cuando Arlet se me acercó y me agarró de la cintura.
-Que vamos a hacer con ella? Nos daría fácilmente las claves de acceso si la torturásemos delante de el... Pero no puedo hacer eso.
-No hace falta que lo hagas.

Black cogió a la niña y la introdujo en la sala del interrogatorio, el coronel estaba dormido sobre la mesa, tenía los ojos hinchados, contusiones por todas partes y sangre seca en la nariz. En cuanto lo vió, Sarah se liberó del brazo de sus captores y corrió hacia el gritando "papá". El hombre esbozó una sonrisilla y le acarició dulcemente mientras su hija lloraba desconsoladamente. Black los separó brusco.
-No le hagan nada, a ella no por favor - A mi aquel hombre me daba pena pero parecía que al resto no. Allí estábamos todos menos Zoe y Juliette.
-Si no nos dice las claves tendremos que matarla - Dijo Black impasible
-No lo haréis.

Alec estaba detrás de la niña agarrándola por un hombro para evitar que se moviera, Black sacó su pistola y disparó a Sarah en la parte del abdomen, ella calló inconsciente en el suelo. Yo estube a punto de gritar horrorizada, cuando Rico me tapó la boca y me presionó contra el. Acababan de matar a una niña inocente...

-NO grites, no grites - Me repetía apurado a el oído mientras el padre de la criatura gritaba desdichado- Se va a pensar que esto nos afecta, va a pensar que somos débiles.
-Maldita sea acabais de matar a una niña, y no os afecta?
-No somos monstruos - Me decía al oído y agarrándome del brazo tenso - Ah sido tan solo una rozadura en la cintura, se desmayó por que Alec le ah inyectado un somnífero a la señal de Black, justo antes del disparo...

Le aparté de un empujón, me podían haver avisado antes de hacerlo... Sacaron el cuerpo de la sala, era mi turno de vigilancia, y ayí estaba yo, viendo llorar a un hombre por la muerte de su hija que sus raptores habían matado pero que en realidad no estaba muerta...
Pasó una media hora que se me hizo eterna, pasaba el tiempo conmigo apoyada en la pared, de brazos cruzados y oyendo los sollozos de aquel hombre, el estaba con la cara de lado apoyada en la mesa, cuando con la yema del dedo empezó a escribir algo en la mesa, me acerqué intrigada y me apoyé frente a el. Me dí cuenta de lo que estaba haciendo, rápidamente le traje papel y bolígrafo.
Estaba escribiendo los códigos! Se los había aprendido de memoria, por eso no los encontramos por mucho que buscamos.
-Ya no tengo a nadie por quien luchar - Dijo entregándomelos
-Lo siento...
Subí arriba, y encontré a la niña con el abdomen vendado mientras Zoe le contaba un cuento sentada a los pies de su cama.
-Ya los tengo - Dije mostrando el papel.
-Tengo que irme - Dijo Zoe mientras le besaba en la frente
-Cuéntame el final...
-Todo acaba bien preciosa, todo acaba bien... - Le dijo en bajito y con lágrimas en los ojos mientras le acariciaba suavemente el pelo.

En seguida nos marchamos, dejamos a Sarah en cama y al padre en la sala de interrogatorios, ya se las arreglaría para salir.

jueves, 17 de octubre de 2013

CAPITULO 22 - To Love You More

Fue la tontería mas grande que hice en mi vida, pero la volvería  a hacer...

Entramos en la casa dando gritos anunciando que nos casábamos, algunos nos miraban divertidos, nos felicitaban o nos miraban como tratando de indagar si estábamos borrachos o no.
Alec se lo tomó muy a pecho, el había sido monaguillo y según eso le daba la suficiente autoridad para declararnos marido y mujer... Pillo en mano comenzó a dar ordenes y mover floreros, telas y toda clase de objetos que ayudasen a crear un altar medianamente decente.  Zoe le ayudaba afanada, a veces discutían entre ellos por donde colocar una cosa u otra. Rico trataba de preparar una especie de pastel nupcial y el resto no se lo tomaban demasiado en serio. Black iba a ser el padrino, aunque a regaña dientes, y Juliette la que me acompañaría al "altar".

-Bueno pues tendremos que conseguirte un vestido - Me dijo con una sonrisa y su habitual tono cálido con acento algo afrancesado.

Evidentemente el coronel no tenía vestidos, así que nos apañamos con una sábana blanca, me envolvió en ella como si fuera un vestido palabra de honor, me hizo un hermoso lazo en la espalda y me recogió el pelo en un moño decorado con rosas rojas y algunas florecillas blancas, me quitó delicadamente los botines negros que llevaba y me dio algo de brillo en los labios. Me miré al espejo, lo que llevaba era tan solo una sábana y unas cuantas flores, pero estaba mas bella que nunca, mi pelo marrón y las flores rojas contrastaban con mis enormes ojos azul verdoso, se me derramó una lágrima ante el momentáneo pensamiento de que puede que fuera mi último día junto a el, pero rápidamente recuperé mi sonrisa habitual.http://www.youtube.com/watch?v=SMRs61AOduE
Recorrí el pasillo nerviosa, con un ramo hecho de rosas rojas, vi un arco lleno de flores debajo de el cual esperaba Alec vestido con un traje que le quedaba flojo, vi a Arlet junto con Black, estaban impresionantes con su pajarita, con el pelo apartado de la cara. Había una alfombra blanca que conducía hasta el altar, a la derecha estaban los invitados sentados, es decir Ryu, Rico y Zoe. De un gramófono antiquísimo sonaba una canción de una tal Celine Dion, llamada To love you more, era preciosa.... Juliette y black se retiraron, dejándonos a Arlet y a mi mirándonos a los ojos húmedos, sonriendo tímidamente, cogidos de la mano... Ya no me acuerdo de que dijo Alec en el discurso, el tiempo ha borrado esos recuerdos, pero lo que si recuerdo es nuestra respuesta a la pregunta de si prometíamos amarnos para siempre... Un rotundo SI

miércoles, 16 de octubre de 2013

CAPITULO 21 - Atardecer...

Estaba atardeciendo y Arlet jugaba al baloncesto en una pequeña cancha que había en la parte  trasera de la casa cuando yo llegué, me acerqué por atrás en silencio, pero se decantó de que me estaba acercando.
-Una niña... - Dijo mientras encestaba una canasta - Es su hija Sofi, que vamos a hacer?
-Pues por el momento olvidarlo - Dije tratando de cogerle el balón, pero esquivaba todas las veces que lo intentaba, me esquivaba como si supiera cada movimiento que iba a hacer.
-No en serio, que vamos a hacer...
-Olvidarte de eso por un día y sonreír, quitar esa cara de amargado!!! - Dije agarrándolo por la cara y apartándole el pelo sudado hacia atrás. Me abrazó sonriéndome tímidamente.
-Un partidito? - Me dijo mirándome juguetón
Me pasó la pelota y empezamos a jugar, metí un tanto, pero no más, me esquivaba una y otra vez metiendo canastas, riéndose de mi travieso. Empezó a botar la pelota en frente mía con una sonrisa pícara, me abalancé hacia la pelota, pero la soltó y me agarró, yo traté de huir mientras me reía, pero me volvió a agarrar abrazándome pegando mi espalda a su pecho. Los dos nos reíamos como dos jóvenes enamorados. Me di la vuelta y le besé, me empezó a besar frenéticamente y a tratar de quitarme la camiseta.
-No, para - Dije mientras bajaba la camiseta y le apartaba las manos.
-Por que? Que dices?
-Que no, que no, para ya...
-Habeeer explícame por que - Dijo acariciándome mientras yo miraba para bajo o para los lados tratando de evitar su mirada.
-Te parecerá una tontería, pero yo no lo voy a hacer hasta estar casada...
-Que dices?
-Lo que oyes jajajjaja
-Bueno vale, no te rías de mi.
-No me río de ti, pero no lo haré hasta casarme...
-Pues entonces habrá que planificar una boda... - Sonreía como nunca lo vi hacer.
-No me lo has pedido bien... - Dije reprimiendo una sonrisilla.
-Espera un momento - Entró en la casa corriendo y riéndose a la vez.
Me quedé de brazos cruzados en la cancha un rato hasta que lo vi volver. Aminoró el paso algo fatigado, se arrodilló ante mi, sacó un anillo de princesas que supongo que sería de Sarah.
-Sofía, me harías el honor... Querrías... Querrías casarte conmigo? - Estaba algo serio, sonriendo a ratos, se le veía tenso. - Bueno contéstame no?

Veía un precioso atardecer, con el chico que siempre había amado arrodillado frente a mí, sonriendo como cuando éramos niños...
-SI, claro que si - Dije sellando mi amor con un beso que me pareció eterno

martes, 15 de octubre de 2013

CAPITULO 20 - Sollozos

Sin más dilación salimos corriendo, atravesando puertas como podíamos, hasta que llegamos a la puerta trasera y nos abalanzamos sobre ella y sobre los coches, por Dimitry no tubo un entierro, ni si quiera hubo una lágrima por su muerte. Corrimos a toda velocidad hacia la casa de el comandante del ejército, aquellos soldados no llevaban medio de transporte así que no pudieron seguirnos, disparaban a nuestras espaldas, pero lo hacían en vano, sus balas no podían alcanzarnos, por modernas que fueran sus armas.

Por fin llegamos a la casa del comandante, vivía en una urbanización bien afamada, ayí eran todo chalets, jardines excelentemente cuidados y coches de lujo. En ese entorno parecíamos unos mercenarios, la escoria de la humanidad, asustados algunos, otros con pistolas en las manos....
Entrar en su casa también fue sencillo, tenía la llave bajo el felpudo, supongo que no se imaginaba que unos rebeldes tocarían en su puerta precisamente hoy.
Seguíamos los pasillos en silencio, sin hacer el menor ruido ni un movimiento en falso. Llegamos a su habitación y allí lo encontramos vistiéndose con sus altos cargos y abrochando la camisa. No se sorprendió al vernos, no reprimió un grito ahogado cuando Ryu le apuntaba con dos pistolas, ni si quiera le temblaban las manos. Se limitó a ponerlas en alto sobre la nuca y a seguirnos cuando se lo ordenamos. Era un hombre alto y fuerte, de color, con el pelo bastante recortado y un finísimo bigotito. Parecía valiente, justo y sereno, por su reacción se le notaba que los años en guerra habían sido bastantes, tenía una cicatriz de bala en el pecho y otras varias en el abdomen.
Lo llevamos al sótano, e improvisamos una especie de sala de interrogatorios. Lo sentamos frente a una mesa a la que lo atamos a ambos lados con unas cadenas. Después de un rato preguntando por las claves al no haber respuesta por su parte, comenzaron a golpearlo, cada vez le daban más fuerte, el se revolvía de dolor, pero aún así rehusaba a hablar. No me gustaba presenciar ese lamentable espectáculo, así que subí arriba,  a la cocina a por algo de comer.
Abrí la nevera, estaba llena de suculentos dulces y de todo lo que se pudiera imaginar. Oí un ruido, pero supuse que fui yo al mover latas de cerveza o algo por el estilo. Lo oí otra vez más, no no no, esta vez estaba segura de que yo no era la causante... Provenía de cerca de las escaleras, cogí un cuchillo, con el en la mano me fui aproximando, tenía miedo, pero traté de que no se me notara, me movía en silencio, pero a medida que me acercaba, a medida que me acercaba lo que oía eran unos sollozos ahogados... Me parecía tan extraño que por un momento bajé mi arma y me paré para escuchar mejor, pero efectivamente eran unos sollozos... Llegué a un entrante que había entre las escaleras y el suelo y vi a la que era tan solo una niña de aproximadamente 8 años de edad, su piel tenía un precioso color dorado, era mulata y con unos ojos profundos verde oscuro, el pelo era marrón y liso con algunas ondulaciones. Me agaché en frente de ella y le puse la mano en la rodilla, subió la cabeza despacio, sacándola de entre los brazos que abrazaban sus rodillas y me miró asustada, le caían lágrimas por el rostro, me conmovió tanto que decidí limpiarle las lágrimas y apartarle el pelo de la cara.
-No tengas miedo- Le dije bajando el cuchillo - Como te llamas?
-Sarah - Lo decía en un tono de voz casi imperceptible
-Y tu madre?
-No está, mis padres están separados y mi papá no sabe que estoy aquí...
-De acuerdo...-La cogí de la mano y la llevé a la cocina, la senté en la mesa - Tienes hambre?
Asintió con la cabeza. Una niña asustada en casa, que su padre era el comandante del ejército y que su madre la estaría buscando... Eso podía traernos muchos problemas. La llevé a su habitación, la senté en la cama, cerré su persiana y atranqué la puerta.
-No te muevas de aquí - le dije antes de cerrar a cal y canto.
Bajé al sótano y vi que Zoe y Juliette estaban jugando a las cartas sentadas en el suelo del pasillo mientras Alec fumaba con la mirada perdida, Los gritos del comandante se oían en la puerta de la habitación. Abrí y me encontré con Alec y Rico cruzados de brazos mientras esperaban su turno para golpear al pobre hombre, Black le estaba dando una buena paliza, mientras que el estaba encadenado sin poder defenderse. Tenía un aspecto deplorable...  Los ojos hinchados, la nariz sangrándole, la boca igual, y su camisa había desaparecido.
-Arlet - le dije al oído tratando de apartar la mirada de la escena - E encontrado a su hija, a la hija del comandante....

lunes, 14 de octubre de 2013

CAPITULO 19 - Clawson

Me levanté después de dormir unas 2 o 3 horas, cogí mi equipaje a toda prisa y fui corriendo al punto de partida. Ya estábamos todos, Arlet y yo íbamos en su moto y el resto en coches increíbles, me senté en la parte trasera y le abracé fuerte mientras bostezaba.
-Que trajiste para que te diera suerte?
-No me hace falta nada, ya te tengo a ti.
-Y si yo no estoy?
-Tu siempre estarás... Prométemelo
-No puedo prometértelo
-Prométemelo
-Te lo prometo...- Dijo resignado. - Vámonos- gritó de repente.

En seguida nos pusimos en marcha, nos acercábamos a la frontera con sus centinelas vestidos de blanco, de los dos coches que nos seguían se oían disparos, los centinelas iban cayendo poco a poco. Me protegí la cara en la espalda de Arlet y cruzamos. Los habían matado a todos, eso nos daría un poco de ventaja hasta que llegaran a los que les tocaba el siguiente turno y se dieran cuenta de que unos intrusos habían cruzado la frontera... La primera casa que visitaríamos sería la del científico Clawson, que tenía uno de los códigos en su poder. Estaba a las afueras de la ciudad, prácticamente desprotegida, había una alarma, pero a Ryu le fue fácil desactivarla. Dimitry abrió la puerta de una patada, empezamos a registrar la casa, estaba llena de trastos extraños. Por fin lo encontramos, Zoe lo encontró.
-Donde están los códigos? - Le gritó. Pero el hombrecillo no respondía. Era un hombre de baja estatura, debía de tener unos 60 años, usaba unas ridículas gafitas redondas, una barba descuidada aun que no demasiado larga, y una bata blanca. - Donde están?! - Clawson estaba arrinconado en una esquina cuando Dimitry llegó. Le agarró la camiseta por la parte del pecho y lo subió hasta la altura de su cara, Zoe se mantenía de brazos cruzados.
-No has oído a la chica? Te a preguntado que donde están los códigos?! - No hubo respuesta, Dimitry lo golpeó contra la pares y lo dejó caer al suelo, aquel científico comenzó a apelar por su vida, lloriqueando en el suelo y pidiendo por favor que no le hiciera daño. - Nos ahorraremos todo el sufrimiento si nos lo dices...
Tras un momento de duda, se levantó del suelo temblando y con las manos en alto, se dirigió por uno de los pasillos a un cuarto oscuro lleno de ficheros, apeles tirados y carpetas, se abalanzó rápidamente sobre una carpeta que estaba dentro de un cajón, la abrió temblorosamente y estrajo unos folios llenos de letras y números. Extendió la mano dejando visible los temblores que le recorrían el cuerpo y apartó la cara mientras que Dimitry se los arrebataba, se los pasó a Zoe - Gracias por su colaboración - Le dijo triunfal, sacó su navaja y le cortó por la garganta.
-No hacía falta hacerlo!! - chillaba Zoe
-En realidad SI - Dimitry sonreía satisfecho.

Salimos de la casa con Zoe y Dimitry discutiendo, aunque él frio como una lápida la ignoraba. Nos encontramos de frente con un escuadrón de policía armada, comenzaron a disparar y nos refugiamos dentro de casa, una bala alcanzó el pecho de Dimitry que quedó inconsciente en el suelo. Salimos por la parte de atrás, cojímos los coches y emprendimos la huída hacia la próxima casa.

jueves, 10 de octubre de 2013

CAPITULO 18 - No te olvides

Era nuestro último día en la Veta, las estrellas brillaban en el cielo, y nosotros charlábamos al rededor de una hoguera. Alec había hecho la cena y Zoe la había ayudado, así que no estaba tan mala como de costumbre... Arlet y yo estábamos uno frente a el otro, mirándonos sonrientes.
-Suerte con lo de mañana, la vamos a necesitar... - Dijo Ryu
-Yo no necesito suerte, a mi me llega con mis espadas - Dijo Zoe orgullosa
-Ves yo estoy de acuerdo con la enana esta, con mi navaja me basto y me sobro... - Dimitry me miraba sonriente, me daban escalofríos al ver sus ojos gélidos enfocados hacia mi cicatriz de la cara.
-Ryu por que siempre llevas esa cazadora? - Se lo pregunté intentando cambiar de tema, el siempre llevaba una cazadora de cuero negro con dragones cosidos de color rojo en la espalda - Me da suerte, mi nombre significa dragón, de ahí el por que de los dragones cosidos a la espalda, Arlet el pañuelo rojo de la muñeca, yo mi cazadora... y tu Juliette?
-Yo no creo en la suerte...
-Ya somos dos - Dijo Black
-Io credo in Dio
-Si Dios exsistiese el mundo no estaría así
-Se Dio permette, por algo é - Alec había sido monaguillo, pero lo había cambiado por sus dos mayores vicios, el tabaco y las mujeres.
Poco a poco la gente se iba llendo.
-Siempre es bueno creer en algo, - Dijo Ryu poníendose de cuclillas delante de Juliette y regalandole una flor.
-Yo creo en el amor... - Dijo tímidamente, mientras se ponía un mechón tras la oreja.
Todo el mundo se había ido, solo quedábamos Arlet y yo, me acerqué y me senté en su regazo, el me rodeó con sus brazos y me dio un beso en el pelo. El cielo brillaba iluminado por las estrellas, me sentía protegida entre sus brazos, sentía que el mundo giraba solo a nuestro al rededor y de nadie más.
-Tengo miedo- Me dijo Arlet.
-Por que? Sabes defenderte, no te pasará nada.
-Si no és por mi, es por ti princesa. - Me levanté y me puse frente a el cogiéndole de las manos.
-Ven conmigo
Fuimos atravesando caminos bajo la luz de la luna, de la mano agarrados llegamos al lago donde tan mal lo había pasado aquel día, pero junto a el todo se me había olvidado.
-Es nuestra última noche, hay que aprovecharla
-Tienes razón -Me dijo mientras me cogía en brazos y corría hacia el agua.
Pasamos horas, quizás toda la noche, ya no me acuerdo... Solo sé que reíamos y nos besábamos como si hubiéramos pasado toda una vida sin vernos. Ya estaba amaneciendo cuando nos dimos cuenta de que quizás lo mejor era que volviésemos a nuestras tiendas.
-Princesa no te olvides de hacer el equipage
-vale
-Y no te olvides de llevar algo que te de suerte
-Ya
-Ah y no te olvides de...
-De que no me tengo que olvidar ahora?
-No te olvides de... de que te quiero, eso no lo hagas nunca - Acto seguido me besó, como no lo habían hecho nunca y al rozar mis labios con los suyos el mundo se paró bajo nuestros pies.

lunes, 7 de octubre de 2013

CAPITULO 17 - Una muerte inminente

Habían pasado tres meses. En este tiempo había aprendido a defenderme... Zoe me enseñó a usar las espadas, Juliette los cuchillos, Ryu kung fu, y Arlet el resto. Dimitry no volvió a molestarme, cuando nos cruzábamos me miraba con mirada de asesino, pero supongo que también yo a el... Black iba un poco por libre. Teníamos un plan para invadir Dómino, abrir las fronteras y suministrar a los dos lados lo que necesitaran. Por eso me necesitaban a mi, yo sabía cosas que ellos ignoraban, como por ejemplo donde estaban las claves de acceso al módulo central, como era la ciudad, sus puntos débiles etc.
Ryu me explicó en plan: "Atravesaremos la frontera, como tantas otras veces, eso no supone demasiado esfuerzo ni peligro. Una vez dentro, tendremos que conseguir las claves de acceso al módulo central - El módulo central era una especie de campo de energía que estaba situado a las afueras de la ciudad, dentro de una fábrica llena de drones, trampas y vigilancia... - Esas claves sirven para manejar toda la energía de Dómino, si inavilitamos eso, también acabaremos con la luz, drones, robots, armas eléctricas etc. En resumen, estaremos en igualdad de condiciones, tanto os de la Veta como os de Dómino, la única diferencia es que nosotros llevamos preparándonos para esto años. Las claves son 4, cada una de ellas la guarda un hombre distinto, 1-El presidente Rush 2-El comandante del ejército 3-El delegado de defensa y tecnología y 4-El famoso científico Clawson, el inventor de el módulo. Cuando hallamos conseguido los códigos tendremos que entrar en la fábrica, yo entiendo de informática, asi que me encargaré de introducir los códigos y destruir el sistema."
Era simple y claro, coger 4 códigos y meterlos en una fábrica, pero también envolvía mucho riesgo, por eso se había escogido a los mejores hombres.
Mañana nos pondríamos en marcha, hacia una muerte inminente.

sábado, 5 de octubre de 2013

CAPITULO 16 - Clases prácticas

Lo odiaba! Siempre hacía eso cuando estaba enfadada, se ponía a hacerme cosquillas y yo no podía evitar reírme... Al final acabó agarrándome por la barriga y yo pegando mi espalda en su pecho desnudo, yo cogiéndole de las manos y sonriendo como cuando éramos pequeños.
-Tendré que tomar otra medida más - Me susurró al oído. Tiró de mi y me dio una vuelta bruscamente, dejándome con mi frente pegada a la suya. Sacó la pistola que llevaba y me la colocó entre las manos. - Te va a hacer falta utilizar esto, si no quieres que lo de tu cara vuelva a ocurrir. Por aquí alguien de Dómino llama demasiado la atención...
Se dirigió hacia el montón de latas agujereadas para tratar de buscar una ilesa, dejándome a mi con un arma entre las manos. Cuando la hubo encontrado colocó la lata sobre una piedra.
-Trata de darle - Debía de estar a unos 15 metros de mi, lo cual ya me parecía el infinito. Arlet se acercó y se quedó tras de mi.
Disparé.
No se a donde fue a parar la bala, pero desde luego a la lata NO. Arlet se estaba partiendo de la risa, así que disparé tres veces mas, pero no acerté ni una.
-Haber princesa, los pies alineados, el derecho hacia delante, y el otro un poco mas atrás... Inclínate un poco hacia delante. Un poco, no hace falta que te curves ante mi jajajaja- Me empujó ligeramente hacia delante. - Y ahora, pon el codo derecho recto. Luego fíjate en que la pistola apunte exactamente al objetivo, que la mira trasera esté alineada con la lata... Estas lista?
-Si
-Bien, pues ahora aguanta la respiración y cuando expires, entonces aprieta el gatillo, hazlo despacio, para así no perder la puntería, y mantenlo apretado hasta ver la bala en su objectivo.
-Vale - Me concentro, pongo un pie mas adelantado que otro, el codo recto, apunto, aguanto la respiración y... No le doy!! Estuve apunto, pasó rozando la piedra, pero aún así no le dio - Esto es un asco!! Hice todo lo que me dijiste...
Arlet se acercó a mi, me quitó la pistola de las manos y en un abrir y cerrar de ojos ya le había dado de lleno a la lata.
-No ha estado del todo mal,- Me dijo mientras inspeccionaba la pistola - hay que tener en cuenta el viento, la adrenalina, eres novata etc. Casi le das, eso ya es un progreso - dijo guiñándome un ojo.

viernes, 4 de octubre de 2013

CAPITULO 15 - Italia

Ya había conocido a Black, Ryu, Zoe y juliette, solo me faltaban dos. Los encontramos en un claro del bosque compitiendo haber quien cababa con mas latas en el menor tiempo posible. Al moreno se le encasquilló la pistola mientras que el otro no falló una, tenía una puntería increíble...
-Joder, puto tramposo de mierda!!! Arlet tu lo has visto, y tu también verdad preciosidad?
-Non é colpa mia, se la vostra pistola non está bene, se il fuccile é roto non é colpa mia... - Decía eso con un terrible acento italiano y haciendo un montón de ademanes mientras fumaba un cigarrillo.
-Rico- Dijo Arlet dirigiéndose al morenito - no sabes si Arlet es el culpable.
-Vete a tomar por por culo, claro que ha sido el.

Ese tal Rico era de origen sudamericano, pero había vivido en Italia, aunque no tuviera nada de acento... Era mulato, de pelo negro y ojos marrones, era de estatura media igual que el apuesto Alec, el era rubio con un peinado similar al de Ryu, le caían algunos mechones por la frente lo que hacía que te fijaras en sus ojos azules. Tenía un restaurante italiano en la toscana, era mal cocinero, doy fé de ello, asi que no le venía demasiada gente, pero Rico era su cliente habitual, el cenaba pizza y hablaba de su vida, mientras Alec escuchaba en silencio fumando con la silla posicionada hacía la calle, desde la que se veían las luces de Italia, mirando al infinito pasaban las horas. Se habían convertido en grandes amigos  a pesar de estar siempre discutiendo por tonterías, los dos eran expertos en perder los nervios, y Rico era todo un aficionado a soltar tacos, a Alec no le gustaba, pero ya lo había dado por perdido. Todos los veranos hacían un viaje juntos y por casualidad encontraron el refugio, era difícil de encontrar pero esos dos méteme en todo lo habían encontrado. Se les dijo que les dejarían quedar pero tendrían que guardar silencio sobre aquello. Al principio eran los cocineros, pero al ver que no era lo suyo decidieron enseñarles otras alternativas, resultaron ser todo un portento con las pistolas, y ellos utilizaban sus dones para impresionar a las mujeres, pero llegado el momento eran unos excelentes guerreros.

Después de eso Rico se fue.
-Por cierto te presento a Sofía- Le gritó Arlet
-Hola- Dijo de mala gana.
Alec se acercó a paso tranquilo con una mano en el bolsillo y echándose el pelo para atrás, acto seguido me la extendió para que se le estrechara.
-Un piacere señorina. Il mio nome é Alec.
-Sofia
-Voy buscare a il mio estúpido amigo ah. Ciao amore.

Nos quedamos solos Arlet y yo en aquel claro, el estaba con las manos en los bolsillos encogido de hombros frente a mi sonriendo, y yo de brazos cruzados y de morros por el tema de mi cara.

-No te pongas así- Me soltó mientras sonreía - Estar mas guapa con una sonrisita.
-No pienso reírme si no tengo motivos para ello!
-Oh dios mio!!! Tendré que tomar medidas entonces... medidas drásticas - Se fue acercando a mi y ahora estaba apoyado en mis hombros mirándome de frente - Pero medidas drásticas para que sonrías no por lo otro jajajaja
Empezó a hacerme cosquillas como un loco... Sabía que era mi punto débil y yo no podía hacer nada para impedir reírme a pesar de lo orgullosa que era. 


jueves, 3 de octubre de 2013

CAPITULO 14 - Tokio

Ya había visto a el primer alto mando, black. A los siguientes que me presentó fueron a Ryu, Juliette y Zoe. Juliette y Zoe eran hermanas, Zoe era la pequeña, las separaban dos años de edad. eran totalmente diferentes, Juliette era morena tirando a pelirrojo, pero muy oscuro, con un lisísimo pelo por debajo de los hombros, tenía los ojos verde oscuro, era alta y con pecas por la cara. Zoe tenía pelo rubio por la cadera y ondulado, sus ojos eran azul claro y de mediana estatura. Sus caracteres eran contrarios igualmente, Zoe divertida, bromista, sonriente y liberal, no sabía estarse quieta en el mismo sitio más de dos minutos y de un carácter tremendamente impulsivo, como yo, en cambio Juliette era paciente, fría y calculadora, costaba sacarle tímidas sonrisas y no entendía demasiado bien las bromas de su hermana. Eran de origen francés,sus padres murieron de pequeñas en un accidente de automóvil, así que aprendieron a sobrevivir solas por las calles de Francia, mas adelante emigraron a Tokio, allí conocieron a Ryu, un chico japonés uno o dos años mayor que Juliette, ellos dos estaban bastante unidos. Era mas alto que ella, de pelo negro por debajo de la oreja, que llevaba engominado hacia atrás. Era un jacker informático bastante importante de por allí y las acogió en su piso-bunker al verlas buscando comida en la calle, enseñó a Zoe a usar las espadas ya que era más impulsiva, y a Juliette a usar los cuchillos y el arte del kung fu, lo cual precisaba mas tiempo y práctica. Cuando las bombas estallaron y se enteraron de la resistencia recurrieron a ella, y decidieron unirse. A la pequeña todo el mundo le cogió cariño en seguida, a los otros dos costó mas debido a su carácter cerrado, pero también son buena gente.

miércoles, 2 de octubre de 2013

CAPITULO 13 - Black

Salimos de mi tienda, yo iba con un pantalón de camuflaje, unos botines y la camiseta de Arlet, el llevaba el torso desnudo, otro pantalón de camuflaje y mis mismos botines, aquí al parecer todos los soldados vestían prácticamente igual... Avanzábamos por los caminos franqueados por casas en árboles y puestos de entrenamiento, íbamos mal encarados, con las manos en los bolsillos, el no pretendía hacer nada al respecto de lo que le había pasado a mi cara, ya que alegaba que nada podía hacer. Llegamos a una cabaña.
-Esta es la cabaña de Black, es mi suboficial. Te lo presentaré.
Simplemente asentí de mala gana, entró sin llamar, encontramos a un enorme hombre negro quitándose unos guantes de boxeo,  Tenía el pelo recortado haciendo dibujos de dragones, un dragón a cada lado de la cabeza, realmente era el hombre más grande que había visto en mi vida, tenía cara de enfado permanentemente.
- Hola musculitos, que haces por aquí?
-Creía que querrías conocer a...
-Sofía - Intervine yo extendiendo la mano. No me estrechó la mano, me la cogió chocándomela, me arrastró hacia el y chocamos hombro con hombro. - Que hace? -Allí en Dómino no hacíamos estas cosas...
-Se nota que no es de por aquí- Dijo mientras hacía un amago de sonrisa -Pues la informo de que la he saludado. Bueno siento decirle señorita que debo irme a cazar- Esta vez me extendió la mano. Sonreí. - Valla que le pasó en la cara?
-Nada, un tal Dimitry me la rajó y Arlet no pretende hacer nada al respecto... - Dije mientras lo miraba de reojo mal humorada.
-Pero yo evité que te cortara el resto de tu preciosa cara!!!- Replicó.
-No pierdes el tiempo eh chaval, tan cortés como siempre con las mujeres- Mientras decía esto le chocó la mano- Hasta otra Arlet.
-Adiós Hulk.
Nos fuimos y seguimos caminando.
-Como lo conociste?
-Eso fue hace unos años, mi padre acababa de morir, y yo relevé su puesto aquí. El quería que Black formara parte de la resistencia, así que fui a buscarlo. Tenía una especie de rancho en el norte de África.  Cuando llegué lo vi, estaba dando de comer a unas 4 o 5 vacas encerradas en un cerco. Me puse frente a el apoyado en la barandilla observándolo.
  -Que miras chaval?
  -Nada, es un buen negocio esto de aquí?
  -Claro que no, es que acaso no lo ves? Hay sequía, hambre y enfermedad, las vacas se mueren, igual que las personas...
  -Tengo un negocio para ti.
  -Un blanco como tu? Lo dudo...
  -Conocías a mi padre
  -He conocido a muchos hombres.
  -Blue jeans - Ese era su apodo, siempre iba con vaqueros y era de origen inglés. Al decirle esto se enderezó poniendo las manos en el cerco. Estábamos cara a cara, a unos metros de distancia, pero saltó la valla y se acercó a mi.
  -Un buen hombre el viejo, ha muerto verdad?
Le dije que si y le expliqué el tema de la resistencia, no se lo creía demasiado, así que colocó cinco latas sobre un trozo de madera, y dijo que quien de los dos las tirará gastando menos balas ganaba, si el ganaba yo me iba y le dejaba en paz, y si no l hacía vendría conmigo.
-Y quien ganó
-El jajajjaja, yo saqué mi pistola y gasté 5 balas, pero el sacó un bazooka y las derrumbó todas de un solo golpe... Pero acabó viniendo, dijo que solo lo hacía por mi padre, pero en el fondo lo deseaba - Me guiño un ojo y no pude evitar reírme.





martes, 1 de octubre de 2013

CAPITULO 12 - Dimitry

Era por la mañana, me desperté y abrí los ojos lentamente, ya no me dolía tanto, pero aún así me seguía molestando. Arlet e había quedado dormido a mi lado, se abrazaba a mi con delicadeza, como si yo fuese su bien más preciado, estaba tan guapo cuando dormía... Me fijé en que tenía tatuadas en la espalda unas enormes alas de querubín, le cubrían prácticamente toda la espalda, eran realmente bonitas. Después de un rato Arlet despertó, me encontraba cara a cara con el, mirándole a sus preciosos ojos color miel, me sonrió.
-Valla, soy un buen cirujano.- Se le notaba satisfecho de si mismo, mientras me inspeccionaba la herida- Esto ya está- Y me dio un beso donde tenía el corte. Me miré al espejo, ya no tenía hinchado el ojo, solo tenía una raja en la cara... aunque estaba perfectamente cosida, no tenía por que quedarme la cicatriz. El coserme la herida no me había dolido tanto como esperaba, tenía razón, no lo había hecho nada mal, aunque aquella herida me recordó el horrible momento que había pasado y borró por completo la sonrisa de mi cara.
-¿Quien era ese hombre? el que me hizo esto me refiero...
- Se llama Dimitry, es ruso y es uno de los nuestros, uno de los que va a realizar la misión con nosotros. Después de lo que hizo lo echaría, pero es quien nos provee las armas, quien las fabrica quiero decir. Cuando hubo el ataque llegó aquí con la espalda destrozada, llena de metralla, le atendimos en seguida. Nos contó que era traficante de armas, que se las vendía a los de Dómino, pero después de lo que habían hecho ya no podría vendérselas mas, nos rogó que lo dejásemos quedar, a cambio el nos suministraría cuantas armas quisiéramos. Aquí a parte de fabricar explosivos también entrena a gente para pelear cuerpo a cuerpo junto con black, (otro del equipo) y de vez en cuando les enseña a crear alguna pistola, granadas etc.
-Y no va a recibir ningún castigo por lo que hizo?
- No, no podemos condenarlo, es uno de los altos mandos y ellos no pueden ser condenados por sus actos, somos 8 altos mandos, Black, Ryu, Rim, Rock, Alec, Rico, Dimitry y yo. Esos ocho somos los fundadores de la resistencia y por lo tanto los altos mandos, las decisiones las discutíamos entre todos, lo cual generaba un tremendo revuelo, así que decidimos nombrar un líder, y yo fui el elegido.
Te presentaré al resto.