lunes, 11 de noviembre de 2013

CAPITULO 31 ~ Una llave que abre mil puertas

Miré por última vez al cristal, con miedo de lo que me podía encontrar... Arlet estaba dejando sin respiración a Dimitry presionando su garganta con el brazo. Dimitry daba frenéticos golpes en el suelo con las piernas, y trataba de liberarse de los brazos de su atacante, pero lo hacía en vano. Así se mantuvieron, hasta que sus manos y piernas cesaron de agitarse.
Me senté en el suelo, algo encogida, tratando de limpiar la sangre que salpicaba mis manos. Arlet se acercó al cristal, presionó un botón y se abrió la puerta. Se acercó a mi, y se dejó caer en el suelo a mi lado. Quedó observando como frotaba frenéticamente mis manos y camiseta, mientras me corrían lagrimas por la cara, pero lloraba en silencio, dejando que se derramaran en el blanco suelo ahora teñido de rojo.
Me giró la cara suavemente con la mano obligándome a mirarlo, a pesar de que al principio mis ojos esquivaban los suyos, pero al fin y al cabo el era el único que podía consolarme en esos momentos, así que me dejé caer en sus brazos.
-Ha estado bien lo que has hecho... - Dijo mientras me limpiaba suavemente las lágrimas y sangre de la cara
-No me siento orgullosa de haber acabado con la vida de un hombre
-Míralo de otro modo, has evitado que ese hombre acabara con la vida de muchos otros.
Una sonrisa surcó mis labios, mientras le enseñaba una llave.
-Sabes lo que es esto?
-Dímelo tu
-Es la llave que hace realidad todos nuestros sueños, la que abre todas las puertas para nuestro futuro, con esta llave guarda los códigos que nos hacen falta...

Fuimos hasta un cuadro, que retiramos y encajada en la pared encontramos una caja fuerte. En ella había documentos y alguna joya. Buscamos hasta encontrarlos, encontramos los últimos códigos que nos hacían falta para desactivar el módulo.

Por fin teníamos la oportunidad de empezar de nuevo.

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