miércoles, 4 de diciembre de 2013

FIN

Hoy varios años después duermo al lado de una preciosa niña de 3 años, con la sonrisa de su madre y los ojos de su padre. A mi otro lado duerme su padre, con dos cicatrices de bala en el pecho, pronto llegaron para socorrernos algunos equipos que ya habían ido conquistando Dómino, Ryu y Juliette habían conseguido desactivar el módulo central. Poco después de nuestra recuperación ofrecieron a Arlet el ser presidente, pero lo rechazó, nos dimos cuenta que el poder no es lo que nos iba a reportar felicidad, solamente más preocupaciones, siempre habría alguien que no estaría de acuerdo con nuestra forma de gobernar, siempre habría alguien que trataría de levantarse, siempre habrían problemas por los que preocuparse, y ya estábamos hartos de preocupaciones guerras y demás. Black asumió el control, se convirtió en un icono de esperanza, con un parche dorado lo controlaba todo, viajaba en aviones privados, se le veía contento, pero no volvimos a saber mas de el excepto por lo que veíamos en la tele.

Cuando todo se normalizó Arlet y yo nos fuimos a vivir en una pequeña casa cerca del mar, aislada de todo lo demás, desenchufamos la tele y tiramos el teléfono al mar, Arlet tenía razón, el mar era la cosa mas bonita que jamás había visto así que nos olvidamos de todo lo demás, solo nosotros dos, nosotros dos y nuestra niña.
Mas a delante cuando nuestra hija pregunte por que su madre tiene esa cicatriz en la cara, cuando pregunte por que su padre tiene dos agujeros en el pecho, podremos contarle una historia de esperanza e ilusión, de guerra y de paz, la historia de nuestra vida.

jueves, 28 de noviembre de 2013

CAPITULO 33 - El final.

Llena de rabia y de furia me abalancé sobre el que mató al único chico que he llegado a querer, le clavé un cuchillo en el ojo y corriendo volví a donde estaba Arlet.  El suelo comenzaba a llenarse de un pastoso líquido rojo, desesperada trataba de tapar sus heridas, pero no tenía mas que mis manos. La agonía me tenía presa, pero el me acariciaba el pelo tranquilizador.
- Déjalo Sofia, con dos manos no se pueden tapar los agujeros de bala... Déjalo
Hablaba bajo, y se podía notar lo mucho que le costaba...
-No pasa nada, no pasa nada, pronto llegarán a ayudarnos, ya lo verás. - Mis ojos estaban completamente llenos de lágrimas, lágrimas que caían sobre su rostro, sobre su dulce sonrisa que aún ahora mantenía. - No cierres los ojos, habla conmigo, tienes que vivir.
No sabía que decir, no sabía que se dice en esos momentos cuando sabes que la persona que está a tu lado, por mucho que trates de engañarte seguramente morirá... Tenía un nudo en la garganta y no podía hablar, era como si temiese que al hacerlo pudiera caer derrumbada a su lado.
-Sabes lo primero que pensé cuando te vi? - Me dijo con algunas lágrimas en los ojos.
- No, dime, que pensaste - Dije mientras trataba de serenarme
- Ya no eras pelirroja como de pequeña, ahora tu pelo es mas oscuro, pensé en lo guapa que estabas así, yo creía que no era posible que me parecieses mas guapa pero ya ves...

Se volbió a hacer el silencio de nuevo. Solo podía pensar en cuendo éramos pequeños y éramos felices... Y ahora estábamos tirados en una habitación mientras el se desangraba por salvarme, se le cerraban los ojos...
- Arlet no cierres los ojos.  HABLAME, HÁBLAME.
- Cerrarlos me ayuda a recordar...
-Arlet, como es el mar? Dímelo una vez más, por última vez
-Azul, verde, es precioso, casi tanto como tus ojos, déjame verlos por última vez - Dijo alzando la vista, yo estaba arrodillada, manteniendo su cabeza en mis piernas, así que me incliné, llenando su rostro de pequeñas gotitas. - Déjame besarte por última vez.

Me incliné `para darle aquel que sería nuestro último beso, pero sus labios ya no respondían, estaban fríos como el hielo.
- Arlet, Arlet no te me vallas por favor, te necesito.  Despierta, despierta!!
Ya no me respondía, el que tenía palabras para todo y ahora so cálida voz ya no estaba, no estaba para calmarme en noches oscuras, para hacerme reír cuando lo necesitaba, en aquella habitación solo se oían mis gritos, mis lamentos, mi respiración frenética y mis súplicas. No sabía lo que estaría pasando fuera de esa habitación, puede que Ryu y Juliette no desactivaran el módulo, y que llegaran mas robotrs, puede que hubieran muerto, puede que no, pero me daba igual, solo me importaba Arlet, el mundo me carecía de sentido, sin ir cogida de su mano ya no valía la pena caminar, sin el a mi lado, todos los motivos que tenía para salir a delante habían desaparecido, ver el mar? para qué si ya no podría abrazarme a nadie. No tenía motivos para vivir, excepto... Que el era el padre del ser que llevaba en mi interior.

jueves, 21 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 32 - Drones

Al salir en seguida nos encontramos con Black, Ryu y Juliette y sus caras de preocupación. Arlet les enseñó los códigos victorioso, pero creo que mi expresión de miedo, orgullo y tristeza no les pudo pasar inadvertida, tanto fue así que hasta Juliette con su hombro destrozado se acercó a mi para limpiarme las lágrimas que asomaban mis ojos.

-Tenemos que irnos, pronto amanecerá y los de la casa se darán cuenta de lo que ha pasado, si no lo hacen antes... - Dijo Ryu
Asentí con la cabeza, y marchamos para la fábrica que quedaba a unos diez minutos de camino.
Llegamos y nos encontramos con toda la fábrica rodeada de centinelas, drones que custodiaban el módulo central. No nos quedaba otra que abrirnos paso entre aquellas murallas de drones.
Comenzamos a disparar a los robots, abatiendo a todos los que se acercaban a nuestra posición, se nos empezaban a agotar los cartuchos y ya no sabíamos que hacer cuando Juliette lanzó una granada hacia la pared de la fábrica creando una brecha, que dejaba entre ver algo del interior de la fábrica.
-No tenemos munición - Dije - Solo nos queda correr
Así que echamos a correr desesperadamente hacia la brecha evitando o combatiendo a los drones que aún quedaban. El primero en llegar fue Black, que abatió la pared con su propio cuerpo abriéndose camino. Luego entramos Arlet y yo, junto con un dron que nos perseguía. Intenté hacia la derecha, pero Arlet cogiéndome de la mano me pegó un fuerte empujón para el sentido contrario.  Miré hacia atrás y lo último que vi fue a Ryu tirando otra granada hacia afuera, supongo que matando a el resto de drones que quedaba.

No sé cuanto tiempo duró el correr por los pasillos sin saber a donde íbamos, estaban escasamente iluminados, con luces blancas, el techo y las paredes estaba prácticamente lleno de tuberías y soldaduras, y cada paso que dábamos en nuestra frenética huida resonaba rompiendo el frío silencio del vacío en el que nos encontrábamos.
Aquel dron seguía persiguiéndonos, disparando a nuestras espaldas, y lo único que podíamos hacer era agachar la cabeza al sonido de cada disparo, tratando de protegerla, uno de sus disparos me hirió en el tobillo, pero eso no impidió que siguiera huyendo.  Sentía que mis pulmones iban a estallar, el tobillo me estaba matando y el corte que había recibido hace unos días en la rodilla también, las piernas comenzaban a fallarme cuando nos encontramos en un callejón sin salida, delante nuestra solo se alzaba una puerta. Arlet se abalanzó sobre ella hasta abrirla, entramos y atrancamos la puerta con una barra metálica que estaba tirada por la sala, aquello únicamente eran cuatro paredes grises, con algo de escombros en su interior.

Se podía oír claramente el acero de aquel dron golpeando el suelo, al aproximarse aminoró el paso, y hubo un minuto de silencio.  Yo trataba que mi dificultosa respiración no se oyese, trataba de controlar el temblor de mis piernas y el miedo que sentía. No teníamos nada para defendernos, solo pistolas vacías, navajas, y nuestros propios puños...
El dron comenzó a aporrear la puerta hasta abrirla, vi sus ojos rojos, como sacaba un arma apuntando hacia mi, y sentí un fuerte empujón que me tiraba al suelo al compás de el sonido de un disparo.
La sangre comenzó a salir de su pecho, le habían atravesado dos balas, sus ojos se llenaron de lágrimas, esos preciosos ojos que tanto me gustaba admirar, y que ya nunca volvería a ver...




lunes, 11 de noviembre de 2013

CAPITULO 31 ~ Una llave que abre mil puertas

Miré por última vez al cristal, con miedo de lo que me podía encontrar... Arlet estaba dejando sin respiración a Dimitry presionando su garganta con el brazo. Dimitry daba frenéticos golpes en el suelo con las piernas, y trataba de liberarse de los brazos de su atacante, pero lo hacía en vano. Así se mantuvieron, hasta que sus manos y piernas cesaron de agitarse.
Me senté en el suelo, algo encogida, tratando de limpiar la sangre que salpicaba mis manos. Arlet se acercó al cristal, presionó un botón y se abrió la puerta. Se acercó a mi, y se dejó caer en el suelo a mi lado. Quedó observando como frotaba frenéticamente mis manos y camiseta, mientras me corrían lagrimas por la cara, pero lloraba en silencio, dejando que se derramaran en el blanco suelo ahora teñido de rojo.
Me giró la cara suavemente con la mano obligándome a mirarlo, a pesar de que al principio mis ojos esquivaban los suyos, pero al fin y al cabo el era el único que podía consolarme en esos momentos, así que me dejé caer en sus brazos.
-Ha estado bien lo que has hecho... - Dijo mientras me limpiaba suavemente las lágrimas y sangre de la cara
-No me siento orgullosa de haber acabado con la vida de un hombre
-Míralo de otro modo, has evitado que ese hombre acabara con la vida de muchos otros.
Una sonrisa surcó mis labios, mientras le enseñaba una llave.
-Sabes lo que es esto?
-Dímelo tu
-Es la llave que hace realidad todos nuestros sueños, la que abre todas las puertas para nuestro futuro, con esta llave guarda los códigos que nos hacen falta...

Fuimos hasta un cuadro, que retiramos y encajada en la pared encontramos una caja fuerte. En ella había documentos y alguna joya. Buscamos hasta encontrarlos, encontramos los últimos códigos que nos hacían falta para desactivar el módulo.

Por fin teníamos la oportunidad de empezar de nuevo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 29 - Jaque Mate

Me encontraba encerrada en una sala por murallas de cristal, con la única compañía de mi padre adoptivo y todas mis dudas sobre lo que iba a hacer.
-Mátalo - Dijo de repente mientras apretaba un botón.
Impotente vi como Dimitry salía de una esquina y le pegaba un puñetazo tras otro a Arlet. No podía hacer nada encerrada en esta sala contigua al despacho...
-Traidor!!! traidor!!! - Gritaba mientras pegaba puñetazos en el cristal. El no me oía, ni si quiera me prestaba atención, pero aun así gritaba con todas mis fuerzas, expulsando toda la rabia que llevaba dentro - Dimitry estaba muerto - Dije dirigiéndome a mi padre - Yo misma ví como le pegaban un tiro!!!
-Bueno.... Puede que le perdonásemos la vida a cambio de unos cuantos favores...
Con las manos pegadas al cristal observaba como los dos encajaban los puñetazos del contrario, se movían a una velocidad increíble y ninguno de los dos parecía cansado.
Cuando me harté de presenciar aquello me retiré hacia mi padre, que se mantenía en una mesa jugando al ajedrez contra el mismo. Me senté frente a el, mirándole desafiadora.
-Papá, recuerdas lo que me dijistes hace unos años? - Dije mientras empezaba a mover las fichas blancas del tablero
-No se a que te refieres...

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4 AÑOS ANTES
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-Verás hija - Comenzó a hablar mientras jugaba al ajedrez - El ajedrez es como este mundo. Está dividido en dos colores, en dos mitades y una es el bando ganador y otra el perdedor, no hay punto medio. Ellos, tus oponentes intentarán atacarte, acabar con tus fichas, y seguro que acabarán con algunas. Pero esos ataques nos dicen como actúan, como van a reaccionar la próxima vez. Siempre hay una reina  o cierta ficha del equipo contrario, esas son las peores.... Atacan en todas direcciones, implacables, con valentía, por eso es con las primeras que hemos de acabar. Un día tu tendrás que elegir, el bando perdedor es de donde vienes, pero el bando ganador es en el que ahora estás, no te confundas nunca...

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-Pues verás papá ya he elegido - Me puse en pié, saqué la pistola y apunté entre los ojos - Ya ves, puede que los de la Veta no seamos el bando perdedor... Y yo soy esa reina, esa ficha que ataca en todas direcciones implacable. Debiste acabar conmigo cuando tubiste oportunidad... Jaque Mate - Dije comiendo su rey en el tablero. Una lágrima recorrió mi cara. Me puse recta. Encontré mas de un motivo por el que luchar. Apreté al gatillo. Oí el sonido de el cañón disparando. Mi padre, el presidente de Dómino, Rush, murió de un tiro.


viernes, 1 de noviembre de 2013

CAPITULO 29 - Quien eres?

- Sofía!!! Vete de aquí - Me dijo Arlet

- Yo de aquí no me muevo hasta que alguien me explique lo que está ocurriendo, yo soy la que tiene la pistola, asi que yo soy quien decido!! Si alguno de vosotros intenta hacer el mas leve movimiento... DISPARO ¿entendido? Me da igual que seas mi padre y me da igual que tu seas mi marido, por que ahora mismo estoy deliberando si matarte por traidor o por hacerme creer que estabas muerto. PERO TE DAS CUENTA DE LO PREOCUPADA QUE ESTABA!!!!????

-Cariño vaja esa pistola, por favor - Yo estaba enfadada y confusa, Arlet me miraba estupefacto por mi repentino discurso pero mi padre hablaba tranquilo y sosegado, como siempre lo hacía. - te comprendo perfectamente, pero la violencia no arregla las cosas...

-Tu no eres el mas indicado para hablar no crees? - Soltó Arlet, con una mirada de desconfianza.

-Ni tu eres el mas indicado para reñirme no crees hijo?

-Yo dejé de serlo hace mucho tiempo

-HIJO?! - Dije gritando

-Eras demasiado pequeño, te tomabas las cosas demasiado en serio

-De eso nada!!

-Que está pasando aquí? - Yo no podía ocultar mi confusión

-Sigo manteniendo que eres un asesino y un mentiroso - Siguió Arlet sin hacerme caso

-Eres su hijo?!?!?!

-Para ser el presidente no va a ser todo un camino de rosas!!! - Mi padre empezaba a alzar la voz, era la primera vez que se lo veía a hacer. Se levantó de su silla y apoyó las manos en la mesa, encarándose a Arlet.

-Lo ERA!!! - Arlet se tambien se encaró a mi padre, solo los separaba una mesa...

Disparé tres veces al techo y se hizo el silencio.

-Pero que pasa a qui?!?! - Dije en voz baja y con lágrimas en los ojos.

-Ven conmigo y te lo explicaré - Mi padre me tendió la mano y señaló con la cabeza una especie de sala insonorizada, separada de su despacho por un cristal blindado.

-No lo hagas Sofia... - Me imploró

-Lo siento - Dije en un susurro, bajando la pistola y tomando la mano de mi padre.

Entramos en la sala y las puertas se cerraron herméticamente tras de nosotros... Era un asesino? Un buen hombre? O simplemente un padre preocupado por sus hijos?





jueves, 31 de octubre de 2013

CAPITULO 27 - ¿Prisionero o traidor?


Y allí estábamos nosotros, después de haber caminado a duras penas por el bosque, después de haber perdido a Zoe... Entonces llegamos a mi antigua casa, la mansión se alzaba imponente en medio de la arboleda. Frente a ella evaluábamos por donde entrar. Escalofríos me recorrían el cuerpo, tenía miedo de no saber que hacer cuando estuviese dentro... Irme de allí fue fácil, pero el volver a entrar... Hacía sentirme como una traidora, iba a matar a alguien que me quería, y si no lo mataba iba a dejar que esa persona matase a mis amigos.

Íbamos a entrar por la parte trasera, donde había una puerta de la que yo aún tenía la llave.
Avanzamos sigilosamente, apuntando con las pistolas al vacío, siempre listos para el ataque.
Era una noche cálida y reinaba el silencio, solo se veía una luz encendida ya por las noches los criados se iban a dormir temprano, mientras mi padre se encerraba en su despacho a "ocuparse de sus asuntos". La parte trasera solo tenía una verja eléctrica que protegía la casa.

- ¿Que ha sido eso? - Preguntó rico. Nos paramos un momento para escuchar pero nada...
Avanzamos unos metros mas. Dar la vuelta  a la casa se me estaba haciendo eterno... Se oyó un chasquido de ramas partiéndose. Todos nos giramos
-Joder, os lo dije... Quedaos aquí, voy a echar un vistazo.
Se acercó en silencio, sin nunca bajar su arma.  Tras unos pasos desapareció al cruzar la esquina.  Solo hubo silencio y mas tarde un grito.
Eché a correr apartando a Black y me encontré con Rico aún teniendo convulsiones por la electricidad. Me tapé la boca para evitar un grito, dejando caer mi pistola al suelo.

- Una pena, se acercó mas de lo debido a la alambrada... Vayámonos - Dijo Black frío como el mármol.
-No seas así - Le reprochó Ryu agarrando a Juliette por la cintura.

Me agaché para recoger mi arma, y vi que en su mano sostenía un trozo de camisa arrancado. Ellos podían pensar que era idiota, pero yo creía que no lo era tanto como para ir de cabeza a una verja eléctrica. Alguien tubo que empujarlo...
No lo dije, no quería preocupar mas a la gente. Así que llegamos a la puerta, abrí y subimos al piso superior sin ningún problema.   La casa estaba llena de inmaculadas paredes blancas, las escaleras eran de cristal y había finísimas porcelanas decorando la estancia, las rosas blancas y rojas inundaban la entrada. Todo estaba tal y como lo recordaba...
Nos dividimos para buscarle. Me dirigí al despacho, abrí la puerta de una patada y...

-Arlet, que haces aquí?!?!?! - Estaba de pié charlando con mi padre, con las heridas cuidadas...

¿Era un traidor o era un prisionero?


lunes, 28 de octubre de 2013

CPITULO 26 - Un recuerdo latente

Black se acercó por la espalda, me puso la mano en el hombro mientras yo lloraba y me dijo un "lo siento" franco... A pesar de un ojo le hubiera sido arrancado, era el único que se había dado cuenta de la ausencia de Arlet a parte de mi, o por lo menos el único que había manifestado su preocupación...
-Lo siento de veras, pero tenemos que partir- Yo asentí con la cabeza, limpiándome las lágrimas, en mi interior quedaba una remota posibilidad de que siguiese vivo, pero viendo las heridas de los demás, sabiendo que había mas minas escondidas... Tenía que hacer serios esfuerzos para que no se disiparan de un momento a otro.
Era de noche y no queríamos volber a atravesar el jardín asi que decidimos ir a pié hasta la casa del presidente, quedaba relativamente cerca. Zoe y Ryu ayudaban a Juliette, que tenía el hombro destrozado, y Black explicaba los planes algo agobiado, ya que ahora el estaba al mando.

Pasamos unos 15 minutos andando, cada uno absorto en sus propios pensamientos, ya se veían las luces de la mansión presidencial, aquella que había sido mi hogar, cuando apareció un grupo de soldados armados, nos debían haber seguído, eran bastantes.

El primero en darse cuenta fué Rico, que se gró en un instante y disparó alcalzando al primer soldado con un tiro certero entre los ojos. Jugabamos con la ventaja de la oscuridad, Black luchaba cuerpo a cuerpo contra los soldados, arrancando metralletas de sus manos y disparando sin piedad, Rico tras el refujio de una roca disparaba haciendo que calleran uno a uno, yo me las arreglaba como podía, era bastante buena en un mano a mano, pero ellos llevaban pistolas y yo no, pero eso no me intimidaba, algún día tenía que morir, y si iba a ser ese yo estaba dispuesta. Luchaba con la rabia de una mujer despechada, acababan de matar al hombre que amaba y lo estaba pagando contra ellos.
Luchaba contra un soldado, alcanzándole a dar algún puñetazo, pero esquivaba la mayoría, yo me movía agil, esquivando su navaja, pero en un instante, sin ni si quiera darme cuenta, se hundió cerca de mi rodilla, no pude evitar exclamar un grito de dolor y llevarme la mano a la herida al sentír como penetraba mi piel. El soldado aprobechó este instante para darme un codazo en la nuca y hacer que callera de rodillas en el suelo, me agarró por el pelo y me mantuvo tirante.
-Va a ser una penamatar a una mujer tan valiente y guapa... - Dijo sonriente y orgulloso de su "gran" combate. Se sacó una pistola del pantalón y la posó en mi nuca, sentía el frío metal, la rodilla me ardía, me dolía demasiado, el suelo se llenaba de sangre poco a poco, oí el leve chasquido mientras quitaba el seguro y cerré los ojos esperándo oír el cañonazo final, traté de pensar en algo bonito, pero no podía, solo me preguntaba si iba a morir o no...
Entonces noté como aflojaba el peso de su arma sobre mi nuca, como soltaba algo mi pelo, abrí lentamente los ojos y vi a esa mujercita con cara de niña, clavando su espada en el costillar de mi atacante, me guiñó un ojo y me tendió la mano para levantarme, muchísimos soldados habían muerto, pero llegaban refuerzos... Echamos a andar, Zoe me ayudaba, pero Juliette iba demasiado despacio, el hombro se lo impedía, Ryu trataba de ayudarla, pero esto lo empeoraba, decía que nos fuéramos sin ella, pero nadie estaba dispuesto. Tropezó contra algo en el suelo y calló, daba pequeños gemidos y lloraba mientras se llevaba la mano al hombro herido. Un soldado se aproximaba, intentó tirarle un cuchillo, pero sus antes tiros certeros ahora no le alcanzaban mas lejos que sus pies... Zoe saltó en su defensa, haciendo tiempo para que Juliette se pudiera levantar con la ayuda de Ryu. Esa joven era valerosa, y repleta de coraje, manejaba las espadas como nadie lo hacía, incluso mejor que su maestro, las había convertido en extensiones de sus brazos, esquivaba puños, y las balas rebotaban al chocar contra sus armas... Corrió hacia un soldado, y lo atravesó clavándole la espada en el abdomen, pero el tenía una navaja que a su vez clavó a Zoe en el estómago, estaban clavados el uno en el otro, ella miró estupefacta a el cuchillo del soldado y a su cara, asustada se le saltaron las lágrimas "iros" dijo en un suspiro. El hombre trató de aferrarse a su cuello, pero ella soltó la espada cayendo hacia atrás, la mano del soldado le rozó la cara dejándole un rastro de sangre, se mantuvo en pié tambaleando por un instante, calló de rodillas y hacia delante en el suelo al lado de Zoe, que estaba tendida boca arriba "mirando las estrellas", algo que tanto le gustaba hacer...
Juliette luchaba por ir junto a ella contra los brazos de Ryu, Rico se maldecía por no haberla protegido y yo simplemente lloraba en silencio... Tuvimos que irnos, Zoe murió, no la volvimos a ver, pero en nuestra mente y corazones siempre vive su recuerdo, su sonrisa está latente en la nuestra.


domingo, 27 de octubre de 2013

CAPITULO 25 - Donde estás?

Estaba tirada en una esquina, esperando a que el mundo dejara de dar vueltas vertiginosamente, a recuperar mi oído...
Empezaba a recobrarlo cuando al entrar en la casa vi como Zoe  gritaba y lloraba desconsolada, tirando todos los exuberantes jarrones de sus mesas, destrozando todo lo que encontraba a su paso, poseída por la rabia de que hubieran matado a alguien a quien siempre había querido arremetía contra todos y todo. Rico se mantenía cabizbajo, observando el espectáculo, cuando ya creyó que era suficiente, tiró el arma al suelo y se acercó a Zoe deteniéndola de romper otro mueble mas, la rodeó con el brazo por el estómago y evitó que avanzara, a pesar de sus gritos, lagrimas, puñetazos y patadas. La forzó a abrazarle, la apretó contra su pecho, y aun que ella arañaba su espalda y trataba de apartarlo, se acabó calmando lo abrazó tranquilizada. Le dio un beso en la mejilla
-Me dijo que cuidara de ti, siempre te ha querido mucho...
Zoe se apartó de el delicadamente, limpiándose las lágrimas algo mas serenada, no dijo nada sobre lo que le acababa de decir Rico, simplemente vino al rincón donde yo estaba sentada, apartó con el pié los trozos de jarrón roto que había en el suelo y se dejó caer a mi lado.
-Lo han matado... Y ese idiota ha huido... Te juro que lo encontraré, me encargaré yo misma de matarlo, de que pague por el daño que ha hecho.
Asentí con la cabeza, no podía hablar aún, me encontraba demasiado mal, pero que yo no le respondiera eso a ella no le importaba, es mas, creo que no tenía demasiado interés en que lo hiciera.
Pasadas varias horas ya me volvía a encontrar bien, Zoe se dedicaba a afilar sus espadas, bajo el ojo atento de Rico, así que decidí ir a buscar a Arlet. Avanzaba por la casa, abriendo puertas desesperada, con los nervios a flor de piel, todo era un desastre. Black con un parche, a Ryu cuidando de Juliette, Zoe destrozando la casa, Rico en un mundo a parte con mirada asesina... Pero por que no estaba Arlet?
Intentaba encontrar excusas, pero la verdad es que no encontraba ninguna excepto su muerte... Si el dueño de la casa no estaba seguramente era que ya estaban advertidos sobre nuestras intenciones, nadie hubiera enterrado minas bajo su jardín si pensase volver allí... Si mis suposiciones eran verdad, no lo se, pero Arlet no estaba y eso me llegaba para desesperarme. Golpeé la pared con los dos puños y me quedé con ellos y la cabeza apoyados, las lágrimas recorrían mi rostro, la rabia me corroía por dentro, lloraba histericamente, tratando de hacerlo en silencio, pero no podía conseguirlo. NO sabía por que había aceptado aquella locura, un viaje hacia mi muerte y hacia la de los demás tambien

martes, 22 de octubre de 2013

CAPITULO 24 - Explosión

Llegamos a la siguiente casa, la del ministro de defensa y tecnología. Tenía una simple valla que nos llegaba por la cintura o un poco mas, no había nadie en el jardín y tampoco en los alrededores, así que pudimos entrar por delante y no por la puerta trasera como solíamos hacer.
Alec saltó la valla, mientras los demás estábamos entrando por la verja, el ya estaba a unos metros de la casa cuando de repente BOUM! una mina estalló bajo sus pies, vi como se le volaba una pierna por completo y parte de la otra, caí al suelo, todos caímos, Arlet trató de aproximarse a mi, pero lo hizo en vano, nos separaban unos metros. Pasé un instante aturdida, no oía nada, solo un agudo pitido, la cabeza me daba vueltas, me lloraban los ojos, no podía sostenerme en pie, el mundo giraba demasiado rápido para mi...
A Juliette se la había clavado una especie de barra de hierro en el hombro que la tenía prendida al suelo, la miraba horrorizada entre gritos de dolor y de espanto, trataba de quitársela con la otra mano, pero no lo conseguía, Ryu se aproximó a ella y le hizo a Zoe un gesto para que fuera allí, ella no estaba en demasiadas malas condiciones, tenía rasguños y algunas heridas pero nada tan gravecomo lo de su hermana, veía que hablaban entre ellos pero no podía escuchar, solo estaba ese molesto pitido atronando en mi cabeza. Zoe la aguantaba por un hombro para que no se moviera y Ryu arrancó de un tirón lo que tenía clavado, era enorme y estaba lleno de sangre, lo cual me mareó aún mas si cabe, Juliette seguía retorciéndose de dolor, ya no parecía aquella mujer fría y calculadora, si no una niña indefensa a la que acabaran de torturar.
Por otro lado estaba Alec, Rico se enderezó y fue corriendo hasta el, al cual le lagrimeaban los ojos, y arañaba el suelo, pero sufría en silencio, sin gritos ni lamentos. Le dirigió unas palabras a su amigo, el cual sacó un cigarrillo de la chaqueta de Alec, lo encendió y se lo metió en la boca, el le dirigió una forzada sonrisa de agradecimiento, acto seguido lo agarró por la camiseta y con cara de súplica le dijo algo que parecía ser importante, Rico asintió, cogió su pistola y le disparó tres veces, acabó con su agonía de una bala entre los ojos.
Pero a mi lo que realmente me interesaba era Arlet, donde estaba? que le había pasado? estaría herido? estaría muerto? Me aterraba pensar en esto, así que traté de apartar esos pensamientos de mi mente. La gente entraba a la casa, Juliette ayudada por Zoe y Ryu, Rico entre lágrimas... Pero yo seguía tirada en el suelo, luchando por levantarme y no volver a caer, Black comenzó a gritarme algo desde la puerta, a hacerme ademanes para que entrase. Comencé a hacer esfuerzos cada vez más grandes para ponerme de pie, cuando lo conseguía avanzaba a trompicones, cayendo y teniendo que apoyarme en manos y pies para avanzar, la vista se me nublaba, todo daba vueltas, no podía oír nada, y la cabeza me estaba a punto de estallar. Ya estaba entrando cuando hubo otra explosión que me hizo caer y revolverme en el suelo de dolor, me explotaban los oídos. Todo salió disparado por los aires, un trozo de madera algo mas grande que una astilla se le clavó en el ojo a Black, me dio tanto asco que no pude evitar vomitar, a pesar de todo yo seguía en el umbral de la puerta tratando de encontrar a Arlet... Black me arrastró hacia dentro, me tiró en el suelo y se tapó el ojo, me comportaba como una idiota, como una borracha, me temblaba el cuerpo entero, me caía por los pasillos y no atendía a sus gritos. Pero me daba igual por que lo único que me torturaba mas que los dolores que estaba padeciendo era la pregunta de:
¿Donde estaba y que le había pasado a Arlet?


domingo, 20 de octubre de 2013

CAPITULO 23 - Todo acaba bien...

Me desperté a su lado tirada en la cama, el me aferraba con sus brazos y yo a la esperanza de que todos los días fueran así. Nos levantamos y vestimos con nuestra ropa habitual de, Arlet andaba descalzo y sin camiseta por el pasillo cuando Sarah lo atravesó corriendo, el la alcanzó al instante y la subió hasta sus hombros.
-A donde vas tu enana? - Le preguntó de buen humor, sosteniéndola en el aire.
-Tengo hambre... - Se limitó a decir la pequeña.

En ese instante paseaba Alec por por la planta baja con un cigarrillo en la oreja.
-Alec, dale algo de comer a la niña
-Está bene
Sarah bajó corriendo escaleras a bajo. Yo estaba apoyada en el marco de la puerta de brazos cruzados y sonriente cuando Arlet se me acercó y me agarró de la cintura.
-Que vamos a hacer con ella? Nos daría fácilmente las claves de acceso si la torturásemos delante de el... Pero no puedo hacer eso.
-No hace falta que lo hagas.

Black cogió a la niña y la introdujo en la sala del interrogatorio, el coronel estaba dormido sobre la mesa, tenía los ojos hinchados, contusiones por todas partes y sangre seca en la nariz. En cuanto lo vió, Sarah se liberó del brazo de sus captores y corrió hacia el gritando "papá". El hombre esbozó una sonrisilla y le acarició dulcemente mientras su hija lloraba desconsoladamente. Black los separó brusco.
-No le hagan nada, a ella no por favor - A mi aquel hombre me daba pena pero parecía que al resto no. Allí estábamos todos menos Zoe y Juliette.
-Si no nos dice las claves tendremos que matarla - Dijo Black impasible
-No lo haréis.

Alec estaba detrás de la niña agarrándola por un hombro para evitar que se moviera, Black sacó su pistola y disparó a Sarah en la parte del abdomen, ella calló inconsciente en el suelo. Yo estube a punto de gritar horrorizada, cuando Rico me tapó la boca y me presionó contra el. Acababan de matar a una niña inocente...

-NO grites, no grites - Me repetía apurado a el oído mientras el padre de la criatura gritaba desdichado- Se va a pensar que esto nos afecta, va a pensar que somos débiles.
-Maldita sea acabais de matar a una niña, y no os afecta?
-No somos monstruos - Me decía al oído y agarrándome del brazo tenso - Ah sido tan solo una rozadura en la cintura, se desmayó por que Alec le ah inyectado un somnífero a la señal de Black, justo antes del disparo...

Le aparté de un empujón, me podían haver avisado antes de hacerlo... Sacaron el cuerpo de la sala, era mi turno de vigilancia, y ayí estaba yo, viendo llorar a un hombre por la muerte de su hija que sus raptores habían matado pero que en realidad no estaba muerta...
Pasó una media hora que se me hizo eterna, pasaba el tiempo conmigo apoyada en la pared, de brazos cruzados y oyendo los sollozos de aquel hombre, el estaba con la cara de lado apoyada en la mesa, cuando con la yema del dedo empezó a escribir algo en la mesa, me acerqué intrigada y me apoyé frente a el. Me dí cuenta de lo que estaba haciendo, rápidamente le traje papel y bolígrafo.
Estaba escribiendo los códigos! Se los había aprendido de memoria, por eso no los encontramos por mucho que buscamos.
-Ya no tengo a nadie por quien luchar - Dijo entregándomelos
-Lo siento...
Subí arriba, y encontré a la niña con el abdomen vendado mientras Zoe le contaba un cuento sentada a los pies de su cama.
-Ya los tengo - Dije mostrando el papel.
-Tengo que irme - Dijo Zoe mientras le besaba en la frente
-Cuéntame el final...
-Todo acaba bien preciosa, todo acaba bien... - Le dijo en bajito y con lágrimas en los ojos mientras le acariciaba suavemente el pelo.

En seguida nos marchamos, dejamos a Sarah en cama y al padre en la sala de interrogatorios, ya se las arreglaría para salir.

jueves, 17 de octubre de 2013

CAPITULO 22 - To Love You More

Fue la tontería mas grande que hice en mi vida, pero la volvería  a hacer...

Entramos en la casa dando gritos anunciando que nos casábamos, algunos nos miraban divertidos, nos felicitaban o nos miraban como tratando de indagar si estábamos borrachos o no.
Alec se lo tomó muy a pecho, el había sido monaguillo y según eso le daba la suficiente autoridad para declararnos marido y mujer... Pillo en mano comenzó a dar ordenes y mover floreros, telas y toda clase de objetos que ayudasen a crear un altar medianamente decente.  Zoe le ayudaba afanada, a veces discutían entre ellos por donde colocar una cosa u otra. Rico trataba de preparar una especie de pastel nupcial y el resto no se lo tomaban demasiado en serio. Black iba a ser el padrino, aunque a regaña dientes, y Juliette la que me acompañaría al "altar".

-Bueno pues tendremos que conseguirte un vestido - Me dijo con una sonrisa y su habitual tono cálido con acento algo afrancesado.

Evidentemente el coronel no tenía vestidos, así que nos apañamos con una sábana blanca, me envolvió en ella como si fuera un vestido palabra de honor, me hizo un hermoso lazo en la espalda y me recogió el pelo en un moño decorado con rosas rojas y algunas florecillas blancas, me quitó delicadamente los botines negros que llevaba y me dio algo de brillo en los labios. Me miré al espejo, lo que llevaba era tan solo una sábana y unas cuantas flores, pero estaba mas bella que nunca, mi pelo marrón y las flores rojas contrastaban con mis enormes ojos azul verdoso, se me derramó una lágrima ante el momentáneo pensamiento de que puede que fuera mi último día junto a el, pero rápidamente recuperé mi sonrisa habitual.http://www.youtube.com/watch?v=SMRs61AOduE
Recorrí el pasillo nerviosa, con un ramo hecho de rosas rojas, vi un arco lleno de flores debajo de el cual esperaba Alec vestido con un traje que le quedaba flojo, vi a Arlet junto con Black, estaban impresionantes con su pajarita, con el pelo apartado de la cara. Había una alfombra blanca que conducía hasta el altar, a la derecha estaban los invitados sentados, es decir Ryu, Rico y Zoe. De un gramófono antiquísimo sonaba una canción de una tal Celine Dion, llamada To love you more, era preciosa.... Juliette y black se retiraron, dejándonos a Arlet y a mi mirándonos a los ojos húmedos, sonriendo tímidamente, cogidos de la mano... Ya no me acuerdo de que dijo Alec en el discurso, el tiempo ha borrado esos recuerdos, pero lo que si recuerdo es nuestra respuesta a la pregunta de si prometíamos amarnos para siempre... Un rotundo SI

miércoles, 16 de octubre de 2013

CAPITULO 21 - Atardecer...

Estaba atardeciendo y Arlet jugaba al baloncesto en una pequeña cancha que había en la parte  trasera de la casa cuando yo llegué, me acerqué por atrás en silencio, pero se decantó de que me estaba acercando.
-Una niña... - Dijo mientras encestaba una canasta - Es su hija Sofi, que vamos a hacer?
-Pues por el momento olvidarlo - Dije tratando de cogerle el balón, pero esquivaba todas las veces que lo intentaba, me esquivaba como si supiera cada movimiento que iba a hacer.
-No en serio, que vamos a hacer...
-Olvidarte de eso por un día y sonreír, quitar esa cara de amargado!!! - Dije agarrándolo por la cara y apartándole el pelo sudado hacia atrás. Me abrazó sonriéndome tímidamente.
-Un partidito? - Me dijo mirándome juguetón
Me pasó la pelota y empezamos a jugar, metí un tanto, pero no más, me esquivaba una y otra vez metiendo canastas, riéndose de mi travieso. Empezó a botar la pelota en frente mía con una sonrisa pícara, me abalancé hacia la pelota, pero la soltó y me agarró, yo traté de huir mientras me reía, pero me volvió a agarrar abrazándome pegando mi espalda a su pecho. Los dos nos reíamos como dos jóvenes enamorados. Me di la vuelta y le besé, me empezó a besar frenéticamente y a tratar de quitarme la camiseta.
-No, para - Dije mientras bajaba la camiseta y le apartaba las manos.
-Por que? Que dices?
-Que no, que no, para ya...
-Habeeer explícame por que - Dijo acariciándome mientras yo miraba para bajo o para los lados tratando de evitar su mirada.
-Te parecerá una tontería, pero yo no lo voy a hacer hasta estar casada...
-Que dices?
-Lo que oyes jajajjaja
-Bueno vale, no te rías de mi.
-No me río de ti, pero no lo haré hasta casarme...
-Pues entonces habrá que planificar una boda... - Sonreía como nunca lo vi hacer.
-No me lo has pedido bien... - Dije reprimiendo una sonrisilla.
-Espera un momento - Entró en la casa corriendo y riéndose a la vez.
Me quedé de brazos cruzados en la cancha un rato hasta que lo vi volver. Aminoró el paso algo fatigado, se arrodilló ante mi, sacó un anillo de princesas que supongo que sería de Sarah.
-Sofía, me harías el honor... Querrías... Querrías casarte conmigo? - Estaba algo serio, sonriendo a ratos, se le veía tenso. - Bueno contéstame no?

Veía un precioso atardecer, con el chico que siempre había amado arrodillado frente a mí, sonriendo como cuando éramos niños...
-SI, claro que si - Dije sellando mi amor con un beso que me pareció eterno

martes, 15 de octubre de 2013

CAPITULO 20 - Sollozos

Sin más dilación salimos corriendo, atravesando puertas como podíamos, hasta que llegamos a la puerta trasera y nos abalanzamos sobre ella y sobre los coches, por Dimitry no tubo un entierro, ni si quiera hubo una lágrima por su muerte. Corrimos a toda velocidad hacia la casa de el comandante del ejército, aquellos soldados no llevaban medio de transporte así que no pudieron seguirnos, disparaban a nuestras espaldas, pero lo hacían en vano, sus balas no podían alcanzarnos, por modernas que fueran sus armas.

Por fin llegamos a la casa del comandante, vivía en una urbanización bien afamada, ayí eran todo chalets, jardines excelentemente cuidados y coches de lujo. En ese entorno parecíamos unos mercenarios, la escoria de la humanidad, asustados algunos, otros con pistolas en las manos....
Entrar en su casa también fue sencillo, tenía la llave bajo el felpudo, supongo que no se imaginaba que unos rebeldes tocarían en su puerta precisamente hoy.
Seguíamos los pasillos en silencio, sin hacer el menor ruido ni un movimiento en falso. Llegamos a su habitación y allí lo encontramos vistiéndose con sus altos cargos y abrochando la camisa. No se sorprendió al vernos, no reprimió un grito ahogado cuando Ryu le apuntaba con dos pistolas, ni si quiera le temblaban las manos. Se limitó a ponerlas en alto sobre la nuca y a seguirnos cuando se lo ordenamos. Era un hombre alto y fuerte, de color, con el pelo bastante recortado y un finísimo bigotito. Parecía valiente, justo y sereno, por su reacción se le notaba que los años en guerra habían sido bastantes, tenía una cicatriz de bala en el pecho y otras varias en el abdomen.
Lo llevamos al sótano, e improvisamos una especie de sala de interrogatorios. Lo sentamos frente a una mesa a la que lo atamos a ambos lados con unas cadenas. Después de un rato preguntando por las claves al no haber respuesta por su parte, comenzaron a golpearlo, cada vez le daban más fuerte, el se revolvía de dolor, pero aún así rehusaba a hablar. No me gustaba presenciar ese lamentable espectáculo, así que subí arriba,  a la cocina a por algo de comer.
Abrí la nevera, estaba llena de suculentos dulces y de todo lo que se pudiera imaginar. Oí un ruido, pero supuse que fui yo al mover latas de cerveza o algo por el estilo. Lo oí otra vez más, no no no, esta vez estaba segura de que yo no era la causante... Provenía de cerca de las escaleras, cogí un cuchillo, con el en la mano me fui aproximando, tenía miedo, pero traté de que no se me notara, me movía en silencio, pero a medida que me acercaba, a medida que me acercaba lo que oía eran unos sollozos ahogados... Me parecía tan extraño que por un momento bajé mi arma y me paré para escuchar mejor, pero efectivamente eran unos sollozos... Llegué a un entrante que había entre las escaleras y el suelo y vi a la que era tan solo una niña de aproximadamente 8 años de edad, su piel tenía un precioso color dorado, era mulata y con unos ojos profundos verde oscuro, el pelo era marrón y liso con algunas ondulaciones. Me agaché en frente de ella y le puse la mano en la rodilla, subió la cabeza despacio, sacándola de entre los brazos que abrazaban sus rodillas y me miró asustada, le caían lágrimas por el rostro, me conmovió tanto que decidí limpiarle las lágrimas y apartarle el pelo de la cara.
-No tengas miedo- Le dije bajando el cuchillo - Como te llamas?
-Sarah - Lo decía en un tono de voz casi imperceptible
-Y tu madre?
-No está, mis padres están separados y mi papá no sabe que estoy aquí...
-De acuerdo...-La cogí de la mano y la llevé a la cocina, la senté en la mesa - Tienes hambre?
Asintió con la cabeza. Una niña asustada en casa, que su padre era el comandante del ejército y que su madre la estaría buscando... Eso podía traernos muchos problemas. La llevé a su habitación, la senté en la cama, cerré su persiana y atranqué la puerta.
-No te muevas de aquí - le dije antes de cerrar a cal y canto.
Bajé al sótano y vi que Zoe y Juliette estaban jugando a las cartas sentadas en el suelo del pasillo mientras Alec fumaba con la mirada perdida, Los gritos del comandante se oían en la puerta de la habitación. Abrí y me encontré con Alec y Rico cruzados de brazos mientras esperaban su turno para golpear al pobre hombre, Black le estaba dando una buena paliza, mientras que el estaba encadenado sin poder defenderse. Tenía un aspecto deplorable...  Los ojos hinchados, la nariz sangrándole, la boca igual, y su camisa había desaparecido.
-Arlet - le dije al oído tratando de apartar la mirada de la escena - E encontrado a su hija, a la hija del comandante....

lunes, 14 de octubre de 2013

CAPITULO 19 - Clawson

Me levanté después de dormir unas 2 o 3 horas, cogí mi equipaje a toda prisa y fui corriendo al punto de partida. Ya estábamos todos, Arlet y yo íbamos en su moto y el resto en coches increíbles, me senté en la parte trasera y le abracé fuerte mientras bostezaba.
-Que trajiste para que te diera suerte?
-No me hace falta nada, ya te tengo a ti.
-Y si yo no estoy?
-Tu siempre estarás... Prométemelo
-No puedo prometértelo
-Prométemelo
-Te lo prometo...- Dijo resignado. - Vámonos- gritó de repente.

En seguida nos pusimos en marcha, nos acercábamos a la frontera con sus centinelas vestidos de blanco, de los dos coches que nos seguían se oían disparos, los centinelas iban cayendo poco a poco. Me protegí la cara en la espalda de Arlet y cruzamos. Los habían matado a todos, eso nos daría un poco de ventaja hasta que llegaran a los que les tocaba el siguiente turno y se dieran cuenta de que unos intrusos habían cruzado la frontera... La primera casa que visitaríamos sería la del científico Clawson, que tenía uno de los códigos en su poder. Estaba a las afueras de la ciudad, prácticamente desprotegida, había una alarma, pero a Ryu le fue fácil desactivarla. Dimitry abrió la puerta de una patada, empezamos a registrar la casa, estaba llena de trastos extraños. Por fin lo encontramos, Zoe lo encontró.
-Donde están los códigos? - Le gritó. Pero el hombrecillo no respondía. Era un hombre de baja estatura, debía de tener unos 60 años, usaba unas ridículas gafitas redondas, una barba descuidada aun que no demasiado larga, y una bata blanca. - Donde están?! - Clawson estaba arrinconado en una esquina cuando Dimitry llegó. Le agarró la camiseta por la parte del pecho y lo subió hasta la altura de su cara, Zoe se mantenía de brazos cruzados.
-No has oído a la chica? Te a preguntado que donde están los códigos?! - No hubo respuesta, Dimitry lo golpeó contra la pares y lo dejó caer al suelo, aquel científico comenzó a apelar por su vida, lloriqueando en el suelo y pidiendo por favor que no le hiciera daño. - Nos ahorraremos todo el sufrimiento si nos lo dices...
Tras un momento de duda, se levantó del suelo temblando y con las manos en alto, se dirigió por uno de los pasillos a un cuarto oscuro lleno de ficheros, apeles tirados y carpetas, se abalanzó rápidamente sobre una carpeta que estaba dentro de un cajón, la abrió temblorosamente y estrajo unos folios llenos de letras y números. Extendió la mano dejando visible los temblores que le recorrían el cuerpo y apartó la cara mientras que Dimitry se los arrebataba, se los pasó a Zoe - Gracias por su colaboración - Le dijo triunfal, sacó su navaja y le cortó por la garganta.
-No hacía falta hacerlo!! - chillaba Zoe
-En realidad SI - Dimitry sonreía satisfecho.

Salimos de la casa con Zoe y Dimitry discutiendo, aunque él frio como una lápida la ignoraba. Nos encontramos de frente con un escuadrón de policía armada, comenzaron a disparar y nos refugiamos dentro de casa, una bala alcanzó el pecho de Dimitry que quedó inconsciente en el suelo. Salimos por la parte de atrás, cojímos los coches y emprendimos la huída hacia la próxima casa.

jueves, 10 de octubre de 2013

CAPITULO 18 - No te olvides

Era nuestro último día en la Veta, las estrellas brillaban en el cielo, y nosotros charlábamos al rededor de una hoguera. Alec había hecho la cena y Zoe la había ayudado, así que no estaba tan mala como de costumbre... Arlet y yo estábamos uno frente a el otro, mirándonos sonrientes.
-Suerte con lo de mañana, la vamos a necesitar... - Dijo Ryu
-Yo no necesito suerte, a mi me llega con mis espadas - Dijo Zoe orgullosa
-Ves yo estoy de acuerdo con la enana esta, con mi navaja me basto y me sobro... - Dimitry me miraba sonriente, me daban escalofríos al ver sus ojos gélidos enfocados hacia mi cicatriz de la cara.
-Ryu por que siempre llevas esa cazadora? - Se lo pregunté intentando cambiar de tema, el siempre llevaba una cazadora de cuero negro con dragones cosidos de color rojo en la espalda - Me da suerte, mi nombre significa dragón, de ahí el por que de los dragones cosidos a la espalda, Arlet el pañuelo rojo de la muñeca, yo mi cazadora... y tu Juliette?
-Yo no creo en la suerte...
-Ya somos dos - Dijo Black
-Io credo in Dio
-Si Dios exsistiese el mundo no estaría así
-Se Dio permette, por algo é - Alec había sido monaguillo, pero lo había cambiado por sus dos mayores vicios, el tabaco y las mujeres.
Poco a poco la gente se iba llendo.
-Siempre es bueno creer en algo, - Dijo Ryu poníendose de cuclillas delante de Juliette y regalandole una flor.
-Yo creo en el amor... - Dijo tímidamente, mientras se ponía un mechón tras la oreja.
Todo el mundo se había ido, solo quedábamos Arlet y yo, me acerqué y me senté en su regazo, el me rodeó con sus brazos y me dio un beso en el pelo. El cielo brillaba iluminado por las estrellas, me sentía protegida entre sus brazos, sentía que el mundo giraba solo a nuestro al rededor y de nadie más.
-Tengo miedo- Me dijo Arlet.
-Por que? Sabes defenderte, no te pasará nada.
-Si no és por mi, es por ti princesa. - Me levanté y me puse frente a el cogiéndole de las manos.
-Ven conmigo
Fuimos atravesando caminos bajo la luz de la luna, de la mano agarrados llegamos al lago donde tan mal lo había pasado aquel día, pero junto a el todo se me había olvidado.
-Es nuestra última noche, hay que aprovecharla
-Tienes razón -Me dijo mientras me cogía en brazos y corría hacia el agua.
Pasamos horas, quizás toda la noche, ya no me acuerdo... Solo sé que reíamos y nos besábamos como si hubiéramos pasado toda una vida sin vernos. Ya estaba amaneciendo cuando nos dimos cuenta de que quizás lo mejor era que volviésemos a nuestras tiendas.
-Princesa no te olvides de hacer el equipage
-vale
-Y no te olvides de llevar algo que te de suerte
-Ya
-Ah y no te olvides de...
-De que no me tengo que olvidar ahora?
-No te olvides de... de que te quiero, eso no lo hagas nunca - Acto seguido me besó, como no lo habían hecho nunca y al rozar mis labios con los suyos el mundo se paró bajo nuestros pies.

lunes, 7 de octubre de 2013

CAPITULO 17 - Una muerte inminente

Habían pasado tres meses. En este tiempo había aprendido a defenderme... Zoe me enseñó a usar las espadas, Juliette los cuchillos, Ryu kung fu, y Arlet el resto. Dimitry no volvió a molestarme, cuando nos cruzábamos me miraba con mirada de asesino, pero supongo que también yo a el... Black iba un poco por libre. Teníamos un plan para invadir Dómino, abrir las fronteras y suministrar a los dos lados lo que necesitaran. Por eso me necesitaban a mi, yo sabía cosas que ellos ignoraban, como por ejemplo donde estaban las claves de acceso al módulo central, como era la ciudad, sus puntos débiles etc.
Ryu me explicó en plan: "Atravesaremos la frontera, como tantas otras veces, eso no supone demasiado esfuerzo ni peligro. Una vez dentro, tendremos que conseguir las claves de acceso al módulo central - El módulo central era una especie de campo de energía que estaba situado a las afueras de la ciudad, dentro de una fábrica llena de drones, trampas y vigilancia... - Esas claves sirven para manejar toda la energía de Dómino, si inavilitamos eso, también acabaremos con la luz, drones, robots, armas eléctricas etc. En resumen, estaremos en igualdad de condiciones, tanto os de la Veta como os de Dómino, la única diferencia es que nosotros llevamos preparándonos para esto años. Las claves son 4, cada una de ellas la guarda un hombre distinto, 1-El presidente Rush 2-El comandante del ejército 3-El delegado de defensa y tecnología y 4-El famoso científico Clawson, el inventor de el módulo. Cuando hallamos conseguido los códigos tendremos que entrar en la fábrica, yo entiendo de informática, asi que me encargaré de introducir los códigos y destruir el sistema."
Era simple y claro, coger 4 códigos y meterlos en una fábrica, pero también envolvía mucho riesgo, por eso se había escogido a los mejores hombres.
Mañana nos pondríamos en marcha, hacia una muerte inminente.

sábado, 5 de octubre de 2013

CAPITULO 16 - Clases prácticas

Lo odiaba! Siempre hacía eso cuando estaba enfadada, se ponía a hacerme cosquillas y yo no podía evitar reírme... Al final acabó agarrándome por la barriga y yo pegando mi espalda en su pecho desnudo, yo cogiéndole de las manos y sonriendo como cuando éramos pequeños.
-Tendré que tomar otra medida más - Me susurró al oído. Tiró de mi y me dio una vuelta bruscamente, dejándome con mi frente pegada a la suya. Sacó la pistola que llevaba y me la colocó entre las manos. - Te va a hacer falta utilizar esto, si no quieres que lo de tu cara vuelva a ocurrir. Por aquí alguien de Dómino llama demasiado la atención...
Se dirigió hacia el montón de latas agujereadas para tratar de buscar una ilesa, dejándome a mi con un arma entre las manos. Cuando la hubo encontrado colocó la lata sobre una piedra.
-Trata de darle - Debía de estar a unos 15 metros de mi, lo cual ya me parecía el infinito. Arlet se acercó y se quedó tras de mi.
Disparé.
No se a donde fue a parar la bala, pero desde luego a la lata NO. Arlet se estaba partiendo de la risa, así que disparé tres veces mas, pero no acerté ni una.
-Haber princesa, los pies alineados, el derecho hacia delante, y el otro un poco mas atrás... Inclínate un poco hacia delante. Un poco, no hace falta que te curves ante mi jajajaja- Me empujó ligeramente hacia delante. - Y ahora, pon el codo derecho recto. Luego fíjate en que la pistola apunte exactamente al objetivo, que la mira trasera esté alineada con la lata... Estas lista?
-Si
-Bien, pues ahora aguanta la respiración y cuando expires, entonces aprieta el gatillo, hazlo despacio, para así no perder la puntería, y mantenlo apretado hasta ver la bala en su objectivo.
-Vale - Me concentro, pongo un pie mas adelantado que otro, el codo recto, apunto, aguanto la respiración y... No le doy!! Estuve apunto, pasó rozando la piedra, pero aún así no le dio - Esto es un asco!! Hice todo lo que me dijiste...
Arlet se acercó a mi, me quitó la pistola de las manos y en un abrir y cerrar de ojos ya le había dado de lleno a la lata.
-No ha estado del todo mal,- Me dijo mientras inspeccionaba la pistola - hay que tener en cuenta el viento, la adrenalina, eres novata etc. Casi le das, eso ya es un progreso - dijo guiñándome un ojo.

viernes, 4 de octubre de 2013

CAPITULO 15 - Italia

Ya había conocido a Black, Ryu, Zoe y juliette, solo me faltaban dos. Los encontramos en un claro del bosque compitiendo haber quien cababa con mas latas en el menor tiempo posible. Al moreno se le encasquilló la pistola mientras que el otro no falló una, tenía una puntería increíble...
-Joder, puto tramposo de mierda!!! Arlet tu lo has visto, y tu también verdad preciosidad?
-Non é colpa mia, se la vostra pistola non está bene, se il fuccile é roto non é colpa mia... - Decía eso con un terrible acento italiano y haciendo un montón de ademanes mientras fumaba un cigarrillo.
-Rico- Dijo Arlet dirigiéndose al morenito - no sabes si Arlet es el culpable.
-Vete a tomar por por culo, claro que ha sido el.

Ese tal Rico era de origen sudamericano, pero había vivido en Italia, aunque no tuviera nada de acento... Era mulato, de pelo negro y ojos marrones, era de estatura media igual que el apuesto Alec, el era rubio con un peinado similar al de Ryu, le caían algunos mechones por la frente lo que hacía que te fijaras en sus ojos azules. Tenía un restaurante italiano en la toscana, era mal cocinero, doy fé de ello, asi que no le venía demasiada gente, pero Rico era su cliente habitual, el cenaba pizza y hablaba de su vida, mientras Alec escuchaba en silencio fumando con la silla posicionada hacía la calle, desde la que se veían las luces de Italia, mirando al infinito pasaban las horas. Se habían convertido en grandes amigos  a pesar de estar siempre discutiendo por tonterías, los dos eran expertos en perder los nervios, y Rico era todo un aficionado a soltar tacos, a Alec no le gustaba, pero ya lo había dado por perdido. Todos los veranos hacían un viaje juntos y por casualidad encontraron el refugio, era difícil de encontrar pero esos dos méteme en todo lo habían encontrado. Se les dijo que les dejarían quedar pero tendrían que guardar silencio sobre aquello. Al principio eran los cocineros, pero al ver que no era lo suyo decidieron enseñarles otras alternativas, resultaron ser todo un portento con las pistolas, y ellos utilizaban sus dones para impresionar a las mujeres, pero llegado el momento eran unos excelentes guerreros.

Después de eso Rico se fue.
-Por cierto te presento a Sofía- Le gritó Arlet
-Hola- Dijo de mala gana.
Alec se acercó a paso tranquilo con una mano en el bolsillo y echándose el pelo para atrás, acto seguido me la extendió para que se le estrechara.
-Un piacere señorina. Il mio nome é Alec.
-Sofia
-Voy buscare a il mio estúpido amigo ah. Ciao amore.

Nos quedamos solos Arlet y yo en aquel claro, el estaba con las manos en los bolsillos encogido de hombros frente a mi sonriendo, y yo de brazos cruzados y de morros por el tema de mi cara.

-No te pongas así- Me soltó mientras sonreía - Estar mas guapa con una sonrisita.
-No pienso reírme si no tengo motivos para ello!
-Oh dios mio!!! Tendré que tomar medidas entonces... medidas drásticas - Se fue acercando a mi y ahora estaba apoyado en mis hombros mirándome de frente - Pero medidas drásticas para que sonrías no por lo otro jajajaja
Empezó a hacerme cosquillas como un loco... Sabía que era mi punto débil y yo no podía hacer nada para impedir reírme a pesar de lo orgullosa que era. 


jueves, 3 de octubre de 2013

CAPITULO 14 - Tokio

Ya había visto a el primer alto mando, black. A los siguientes que me presentó fueron a Ryu, Juliette y Zoe. Juliette y Zoe eran hermanas, Zoe era la pequeña, las separaban dos años de edad. eran totalmente diferentes, Juliette era morena tirando a pelirrojo, pero muy oscuro, con un lisísimo pelo por debajo de los hombros, tenía los ojos verde oscuro, era alta y con pecas por la cara. Zoe tenía pelo rubio por la cadera y ondulado, sus ojos eran azul claro y de mediana estatura. Sus caracteres eran contrarios igualmente, Zoe divertida, bromista, sonriente y liberal, no sabía estarse quieta en el mismo sitio más de dos minutos y de un carácter tremendamente impulsivo, como yo, en cambio Juliette era paciente, fría y calculadora, costaba sacarle tímidas sonrisas y no entendía demasiado bien las bromas de su hermana. Eran de origen francés,sus padres murieron de pequeñas en un accidente de automóvil, así que aprendieron a sobrevivir solas por las calles de Francia, mas adelante emigraron a Tokio, allí conocieron a Ryu, un chico japonés uno o dos años mayor que Juliette, ellos dos estaban bastante unidos. Era mas alto que ella, de pelo negro por debajo de la oreja, que llevaba engominado hacia atrás. Era un jacker informático bastante importante de por allí y las acogió en su piso-bunker al verlas buscando comida en la calle, enseñó a Zoe a usar las espadas ya que era más impulsiva, y a Juliette a usar los cuchillos y el arte del kung fu, lo cual precisaba mas tiempo y práctica. Cuando las bombas estallaron y se enteraron de la resistencia recurrieron a ella, y decidieron unirse. A la pequeña todo el mundo le cogió cariño en seguida, a los otros dos costó mas debido a su carácter cerrado, pero también son buena gente.

miércoles, 2 de octubre de 2013

CAPITULO 13 - Black

Salimos de mi tienda, yo iba con un pantalón de camuflaje, unos botines y la camiseta de Arlet, el llevaba el torso desnudo, otro pantalón de camuflaje y mis mismos botines, aquí al parecer todos los soldados vestían prácticamente igual... Avanzábamos por los caminos franqueados por casas en árboles y puestos de entrenamiento, íbamos mal encarados, con las manos en los bolsillos, el no pretendía hacer nada al respecto de lo que le había pasado a mi cara, ya que alegaba que nada podía hacer. Llegamos a una cabaña.
-Esta es la cabaña de Black, es mi suboficial. Te lo presentaré.
Simplemente asentí de mala gana, entró sin llamar, encontramos a un enorme hombre negro quitándose unos guantes de boxeo,  Tenía el pelo recortado haciendo dibujos de dragones, un dragón a cada lado de la cabeza, realmente era el hombre más grande que había visto en mi vida, tenía cara de enfado permanentemente.
- Hola musculitos, que haces por aquí?
-Creía que querrías conocer a...
-Sofía - Intervine yo extendiendo la mano. No me estrechó la mano, me la cogió chocándomela, me arrastró hacia el y chocamos hombro con hombro. - Que hace? -Allí en Dómino no hacíamos estas cosas...
-Se nota que no es de por aquí- Dijo mientras hacía un amago de sonrisa -Pues la informo de que la he saludado. Bueno siento decirle señorita que debo irme a cazar- Esta vez me extendió la mano. Sonreí. - Valla que le pasó en la cara?
-Nada, un tal Dimitry me la rajó y Arlet no pretende hacer nada al respecto... - Dije mientras lo miraba de reojo mal humorada.
-Pero yo evité que te cortara el resto de tu preciosa cara!!!- Replicó.
-No pierdes el tiempo eh chaval, tan cortés como siempre con las mujeres- Mientras decía esto le chocó la mano- Hasta otra Arlet.
-Adiós Hulk.
Nos fuimos y seguimos caminando.
-Como lo conociste?
-Eso fue hace unos años, mi padre acababa de morir, y yo relevé su puesto aquí. El quería que Black formara parte de la resistencia, así que fui a buscarlo. Tenía una especie de rancho en el norte de África.  Cuando llegué lo vi, estaba dando de comer a unas 4 o 5 vacas encerradas en un cerco. Me puse frente a el apoyado en la barandilla observándolo.
  -Que miras chaval?
  -Nada, es un buen negocio esto de aquí?
  -Claro que no, es que acaso no lo ves? Hay sequía, hambre y enfermedad, las vacas se mueren, igual que las personas...
  -Tengo un negocio para ti.
  -Un blanco como tu? Lo dudo...
  -Conocías a mi padre
  -He conocido a muchos hombres.
  -Blue jeans - Ese era su apodo, siempre iba con vaqueros y era de origen inglés. Al decirle esto se enderezó poniendo las manos en el cerco. Estábamos cara a cara, a unos metros de distancia, pero saltó la valla y se acercó a mi.
  -Un buen hombre el viejo, ha muerto verdad?
Le dije que si y le expliqué el tema de la resistencia, no se lo creía demasiado, así que colocó cinco latas sobre un trozo de madera, y dijo que quien de los dos las tirará gastando menos balas ganaba, si el ganaba yo me iba y le dejaba en paz, y si no l hacía vendría conmigo.
-Y quien ganó
-El jajajjaja, yo saqué mi pistola y gasté 5 balas, pero el sacó un bazooka y las derrumbó todas de un solo golpe... Pero acabó viniendo, dijo que solo lo hacía por mi padre, pero en el fondo lo deseaba - Me guiño un ojo y no pude evitar reírme.





martes, 1 de octubre de 2013

CAPITULO 12 - Dimitry

Era por la mañana, me desperté y abrí los ojos lentamente, ya no me dolía tanto, pero aún así me seguía molestando. Arlet e había quedado dormido a mi lado, se abrazaba a mi con delicadeza, como si yo fuese su bien más preciado, estaba tan guapo cuando dormía... Me fijé en que tenía tatuadas en la espalda unas enormes alas de querubín, le cubrían prácticamente toda la espalda, eran realmente bonitas. Después de un rato Arlet despertó, me encontraba cara a cara con el, mirándole a sus preciosos ojos color miel, me sonrió.
-Valla, soy un buen cirujano.- Se le notaba satisfecho de si mismo, mientras me inspeccionaba la herida- Esto ya está- Y me dio un beso donde tenía el corte. Me miré al espejo, ya no tenía hinchado el ojo, solo tenía una raja en la cara... aunque estaba perfectamente cosida, no tenía por que quedarme la cicatriz. El coserme la herida no me había dolido tanto como esperaba, tenía razón, no lo había hecho nada mal, aunque aquella herida me recordó el horrible momento que había pasado y borró por completo la sonrisa de mi cara.
-¿Quien era ese hombre? el que me hizo esto me refiero...
- Se llama Dimitry, es ruso y es uno de los nuestros, uno de los que va a realizar la misión con nosotros. Después de lo que hizo lo echaría, pero es quien nos provee las armas, quien las fabrica quiero decir. Cuando hubo el ataque llegó aquí con la espalda destrozada, llena de metralla, le atendimos en seguida. Nos contó que era traficante de armas, que se las vendía a los de Dómino, pero después de lo que habían hecho ya no podría vendérselas mas, nos rogó que lo dejásemos quedar, a cambio el nos suministraría cuantas armas quisiéramos. Aquí a parte de fabricar explosivos también entrena a gente para pelear cuerpo a cuerpo junto con black, (otro del equipo) y de vez en cuando les enseña a crear alguna pistola, granadas etc.
-Y no va a recibir ningún castigo por lo que hizo?
- No, no podemos condenarlo, es uno de los altos mandos y ellos no pueden ser condenados por sus actos, somos 8 altos mandos, Black, Ryu, Rim, Rock, Alec, Rico, Dimitry y yo. Esos ocho somos los fundadores de la resistencia y por lo tanto los altos mandos, las decisiones las discutíamos entre todos, lo cual generaba un tremendo revuelo, así que decidimos nombrar un líder, y yo fui el elegido.
Te presentaré al resto.

lunes, 30 de septiembre de 2013

CAPITULO 11 - Cicatrices

- Como la toques te mato. - El mundo se silenció, noté como dejaba de hundir el puñal en mi piel, empecé a abrir los ojos lentamente y vi su cara llena de odio hacia quien le había dado la orden, notaba la sangre corriendo por mi cara, y un intenso dolor mas abajo del ojo. -La próxima vez que le acerques ese puñal, te corto la mano.- No sabía que Arlet pudiera llegar a sonar tan agresivo...
Yo seguí inmóvil hasta que ese hombre hubo desaparecido, me giré hacia el limpiándome las lagrimas, lo que llenó mi cara de sangre más aún, se podía ver en el una expresión de horror y de resentimiento, le abracé tan fuerte como pude.
-Maldita sea, por que no pude llegar un poco antes?, Todo esto es culpa mía...
-Arlet tu no tienes culpa de nada- La cara me dolía horrores, pero le miré tratando de fingir que ni siquiera lo notaba, como si no hubiera sido nada -Ves, no pasa nada, me limpio la herida y ya está...
Arlet me miraba dubitativo, sin saber, sin saber a que atenerse, supongo que mis manos temblorosas no le convencían demasiado de que aquello no había sido nada... Me abrazó de nuevo, se quitó su camiseta y me la dio, lo que me hizo recordar de que estaba prácticamente desnuda. Me la puse enseguida, mientras el sonreía.
-Vayámonos al campamento, te curaré eso. - Dijo mientras me cogía de la mano. - Donde has dejado los zapatos?
-No se...
-Pues por aquí no es aconsejable andar descalzo, te clavarás algo... Bueno que mas da, yo te llevo- Me guiñó un ojo y se puso de espaldas para que me subiera a su caballito.
Mientras tanto me fui olvidando poco a poco de el dolor que estaba padeciendo, fui olvidando lo hinchado que notaba un ojo, tanto que prácticamente no podía ver por el, hasta que llegamos al campamento. Entramos en mi tienda, allí había un pequeño espejo. Me miré en el, Tenía el lado derecho de la cara totalmente hinchado, estaba llena de sangre, tanto yo como Arlet, el cual tenía la espalda chorreando de sangre que cayó de mi herida, y yo tenía una raja por debajo de la ojera, tenía demasiado mal aspecto...
Me sentó en la cama y el se sentó en una banqueta delante mía, la puerta de la tienda estaba abierta, así que varios niños curiosos se habían acercada a observar como me curaba. Me iba limpiando la sangre seca con un trapo húmedo, hasta que quedó prácticamente limpia, entonces se alejó un poco para mirarme.
-Esto no tiene buena pinta, voy a tener que cosértelo...- Se fue de la tienda dejándome ahí sentada, en bragas, con una camiseta de hombre llenísima de sangre y unos 7 niños que se acercaron a mi a hacerme preguntas como "¿Quien te hizo eso?", "¿Por que lo hizo?" "¿Va a ser castigado?" etc. Ya me empezaba a agobiar cuando llegó Arlet.
-Veo que ya has conocido a los niños de la zona- Dijo sonriente mientras preparaba una aguja e hilo para coserme, y ya se disponía a hacerlo hasta que me di cuenta de que no tenía anestesia.
-¿Y la anestesia?
-La anestesia es un bien muy preciado, la usamos para cosas un poco mas... grabes, lo siento, vas a tener que morder algo.

viernes, 27 de septiembre de 2013

CAPITULO 10 - Demasiado bonito

Me levanté a la mañana siguiente, era temprano. No se veía gente por el campamento, excepto a alguno que otro trabajando, así que decidí ir a ver que había por ahí. Fui adentrándome poco a poco en la espesa arboleda, apartando ramas de mi camino y bajando y subiendo piedras que se interponían en mi camino. Todo me parecía increíble, estaba viendo cosas que solo había visto en los libros, bosques, animales, todo estaba tan rebosante de vida... Mientras pensaba en todas estas cosas llegue a un lago, era de aguas cristalinas, de arena en el fondo, aunque con algunas piedras, era perfecto y mas aun cuando yo no me había duchado esa mañana. Sin pensarlo dos veces empecé a quitarme la ropa hasta quedarme en ropa interior y me metí en las transparentes aguas. Estaba jugando a zambullirme con los peces cuando de repente escuché una voz.
-Hola- Me giré en seguida, tapándome lo máximo posible para que no me viera nada, me encontraba frente a un hombre que realmente daba miedo, era rubio y llevaba la cabeza rapada por los lados, tenía el cuerpo recubierto de tatuajes, los ojos mas azules y tétricos que jamás había visto, aquellos ojos me miraban con una mirada de lujuria y de maldad, era demasiado fuerte como para enfrentarme a el, y demasiado despiadado y peligroso como para no hacerlo.- Sofia, supongo, es así verdad?
-Si, si no te importa podrías no mirar, me gustaría vestirme... - Dije temerosa. Pero no sirvió de nada, solo para que se acercara más, lentamente cogió mi ropa y la olió prolongadamente, la olió como hace un animal que sigue el rastro de su presa.-Oye que haces?
-Tu no eres de por aquí verdad? No claro que no, demasiado bonita, ropa demasiado refinada, como su dueña...- Sacó un cuchillo de su pantalón de camuflaje y cortó mi camiseta - Ves ahora... ya se parece un poco mas a la nuestra, - cada vez se iba acercando mas a mi, ahora estaba en la orilla del lago, comenzando a meterse.- Y yo me pregunto... Que hace alguien de Dómino aquí? Después de haber  matado a nuestra gente, después de haber acabado con nuestro mundo, pretendes que te aceptemos? no, no, no, eso no puede ser...-Cogió mi falda, la rasgó con su cuchillo- Era demasiado bonita para esta parte del mundo... como su dueña, pero a eso le podemos poner remedio, verdad que si? - Por el cuerpo me recorrió un escalofrío, lo tenía delante de mi, las lagrimas empezaban a correr por mis mejillas, mientras el restregaba su cuchillo por mi cara - Ves estas cicatrices, míralas, - Yo mantenía los ojos cerrados - Que las mires he dicho!!! - Abrí los ojos lentamente apartando mi mirada de la suya cuanto podía, pero se veían a las leguas, eran 3 cicatrices verticales debajo del ojo izquierdo, a cada cual mas larga - Estas me las hizo tu gente, igual que muchas otras, y tu vas a pagar por ello.

jueves, 26 de septiembre de 2013

CAPITULO 9 - Bosque

Ya estaba atardeciendo, el cielo estaba de color naranja y rosa, yo iba abrazada a arlet con mi boca pegada a su omóplato, mirando por encima de su hombro, todo aquello era tan bonito... los enormes arboles del bosque por el que íbamos me ocultaban el cielo, cada vez mas, ya que cada vez nos adentrábamos mas y mas en aquel laberinto de ramas. Después de unas horas de trayecto llegamos a una especie de poblado, donde paró la moto, había casas por los árboles, tiendas montadas en el suelo, campos de tiro donde la gente tenía demasiada puntería, otros entrenaban con los cuchillos, otros tantos combatían cuerpo a cuerpo, heridos por aquí y por allá eran atendidos... A pesar de todo la gente era feliz, cuando descendimos de la moto una madre con su hijo que pasaban por ahí se paró a hablar con arlet:
-Hola cariño, estábamos preocupados, es tarde, las naves pasarán dentro de poco...
-Ya dije que volvería a tiempo.
-ya ya, y dime, quien es esta chica tan guapa? - Yo estaba a unos pasos detrás de ellos, "fijándome" en la gente, aun que en realidad estaba tratando de escuchar lo que decían.
- Oh ella es sofía, ya os dije que vendría, no se pudo resistir a mis encantos...- Dijo arqueando las cejas - jajajajajaja - "Falso, engreído, chulo..." no pude evitar pensar - Sofi ven aquí anda - Me acerqué poniendo mala cara y mirándole con la cabeza bien alta.- Te presento a carla y a su hijo marcos.
-Hooola pequeñín, que guapo, salió a la madre jajaja - El niño debía de tener 3 o 4 añitos, tenía unos intensos ojos azules y una dulce timidez que le hacía esconderse tras la pierna de su madre.
- Bueno tengo que llevármela a su tienda, nos vemos luego.
Mientras me llevaba a la tienda todo el mundo le saludaba, se chocaban las manos, cada vez de forma mas extraña o le daban besos... Llegamos a una cabaña color verde oscuro, dentro había unas mantas, y cuatro cuchillos, me extendió el "colchón" y me puso sobre el hábilmente unas mantas.
-Cenaremos dentro de un rato, vendré a llamarte- dijo disponiéndose a salir de la tiendita.
-Arlet, espera, lo siento... -Dije bajando la mirada.
-Y eso por que?
-Pues por lo que te dije... lo de asesino y eso... - Decía estas palabras como si la lengua me pesara demasiado, yo no era muy dada a pedir perdón, demasiado orgullosa supongo... pero solo se lo decía por que era el.
-Seh yo también siento que me lo llamaras, pero creo que no fui demasiado amable contigo así que... - Ponía cara de indiferencia, hasta que no pudo reprimir una carcajada- Jajajajajaja te costó, se nota que no tienes costumbre de pedir perdón, seras orgullosa! jajajaja.
-Yo pido perdón  a los que se lo merecen, no a los que me tiran en el suelo como un saco de patatas!!!
- Vaaamos no fue para tanto, tu me mordiste, ademas me has pedido perdón, así que debo suponer que me lo merezco. jajaja - No pude evitarlo y sonreí como una tonta, no había cambiado... seguía siendo el mismo. - Vamos a cenar que ya va siendo hora.- Y salimos de la tienda agarrados de la mano.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

CAPITULO 8 - Dudas

Dudaba... solo podía dudar, era evidente que algo había pasado, pero mi padre era el responsable de todo aquello? el era en el que encontré refugio cuando estaba sola, cuando nadie me aceptaba por ser de la veta, el que me siguió queriendo a pesar de yo hacer todo lo posible por que no fuera así...
-Arlet, como se que es verdad que han sido ellos?
-Sabes que solo ellos tienen esas armas, lo sabes perfectamente.- Se me llenaron los ojos de lagrimas una vez mas.
-Los quiero demasiado, en este tiempo se han convertido en mi familia, lo siento, tengo que volver...
-No lo hagas, te necesitamos
-Por que, por que yo?
-tu sabes cosas que nosotros ignoramos... Información muy valiosa. Piensa Sofi, piensa, hay tantas razones por la que esta lucha debe librarse, piénsalas, piensa en todas y dime si te compensa volver...
-Por favor no me hagas decidir
-Pero que te pasa? ya no eres la que eras antes, de ti depende todo, cuando digo todo lo digo literalmente, nos quedemos sin medicinas, sin material - me gritó - este lado se muere, y si pasa sera por tu culpa.
-Por que no te tranquilizas eh? No me uniré a vosotros, y sabes por que? Por que ya no eres ese dulce niño que conocí, solo eres un idiota arrogante que pretendes que la gente te obedezca, si crees que matando vas a arreglar algo es que simplemente eres un asesino, eso es lo que eres, tu y todos los demás que te apoyan, y adem...
-Si no vienes te tendré que llevar, no me dejas otra opción... - Acto seguido me agarró de las piernas y me colocó sobre su hombro como si de un saco se tratase, lo cual me enfureció aun mas. Le pegue cuantas patadas, tantos puñetazos como pude, y le mordí otras tantas veces hasta que el estalló.
-No me muerdas joder!- me dejó en el suelo sentada como malamente pudo, y siguió hablando mas tranquilo - Mira me da igual, si quieres quedarte aquí hazlo, pero por las noches pasan naves vigilando que nadie quede vivo y fusilan a todo el que ande por las calles- me dijo con una sonrisa ladeada, como retándome a que osara no ir con el, yo le debí de poner mi máxima cara de odio...- No me mires así princesa, te doy la oportunidad de vivir...
Y hechó a andar hacia la moto que estaba unos metros mas adelante. Yo dubitativa me quedé sentada en el suelo agarrándome las rodillas, tamborileando el suelo nerviosamente con el pié dejando ver claramente lo preocupada que estaba. Ya estaba arrancando la moto cuando eché a correr hacia el todo lo rápido que pude.
-Espera, espera!- dije resigándome, el evidentemente esperó por mi sonriendo victorioso. Cuando estuve montada arrancó la moto- No pensarías dejarme ahí no Arlet?
-Bueeeeno.... jajaajajaja tampoco tu pensabas quedarte ahí no Sofi? Te tenía por una chica lista.


domingo, 22 de septiembre de 2013

CAPITULO 7 - La historia de un nuevo mundo

Te contaré lo que pasó después de tu marcha:

"Poco después de que tu te marcharas las cosas empezaron a cambiar a paso acelerado. Yo me enteré de que te habían adoptado, ya nada me unía a aquel lugar así que me fui a ver mundo, un viejo herrero necesitaba un ayudante así que me puse a trabajar para el, para mi era como un padre. Los de Dómino cada vez nos mandaban menos medicinas, nos compraban las cosas a mas bajo precio, cada vez se veían mas guardas en las esquinas, había menos libertad, llegamos a ser como simples esclavos, la vida era trabajar, trabajar y trabajar. Así que la gente empezó a revelarse, pequeñas rebeliones en distintas regiones, pero la gente se enteraba y cada vez eran mas y mas los que decidían rebelarse contra el poder, los traidores eran mandados asesinar, a ellos y sus familias, así que esto enfurecía mas a la gente que no pretendía cesar en su empeño. Las cosas se les iban de las manos y ya no podían controlarnos, sacaron las bombas atómicas y este fue el resultado, murieron muchos inocentes, pero también hemos sobrevivido unos cuantos. La resistencia nos hacemos llamar. El herrero del que te hablé comenzó con esta iniciativa, vivimos en bosques y arroyos, desiertos y montañas abandonamos las ciudades y ellos se lo tragaron, se tragaron que nos habían exterminado, que ya no queda nadie al otro lado. Ahora ellos son auto suficientes, tienen drones y robots que trabajan por nosotros, prescindieron de nosotros totalmente. Después de que mi "padre" muriera yo asumí el mando, nos estamos preparando para atacar, para cambiar el curso de las cosas, hemos creado algo grande. Sofi, no quería hacerlo sin ponerte a salvo, ahora tu decides, te unes o te vas."

jueves, 19 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 6 - Bienvenida al mundo.

Perdida, sin sabes hacia donde íbamos, recorriendo las calles llenas de gente a toda velocidad, nos íbamos acercando a las afueras de la ciudad, agarrada a el, sintiendo el viento en mi cara, sintiendo su piel en mi piel, el momento perfecto... pero vi aparecer a lo lejos la frontera, con sus blancos fusiles y cuatro soldados,lo cual no quería decir que no hubiera más escondidos, me aterré de una manera que apreté tanto que temí que se quedara sin respiración, pero seguí apretando y gritándole que no siguiera adelante.
-Arlet!!! Para, nos matarán!!!
-Tenemos que seguir
-Nos matarán, nos matarán!!- grité con lagrimas en los ojos- No podremos pasar, nos matarán!!!
-Todo tiene su brecha, ya lo he hecho mas veces.
-Arlet por favor!!! Arlet!!! - Estaba decidida a soltarme pero mis manos no me dejaban, se aferraban a el mas fuerte aún. Cerré los ojos pegué mi cara a su espalda y me conciencié de que moriría a su lado. Se oían disparos. Se oían gritos. Cada vez mas cerca, pero el no paraba...
De repente se silenció el mundo, la moto paró pero yo me seguía abrazando a el, pasaron cinco, diez minutos, el tiempo pasaba y yo seguía en la misma postura, me agarró las temblorosas manos, me las fue retirando suavemente de su cintura abrí los ojos suavemente mientras el descendía de la moto, yo tenía lagrimas en los ojos, estaba apoyada en el el asiento mirando hacia abajo, cayéndose lagrimas en el cuero, me agarró y me dijo dulcemente que bajara, me bajé, -no llores princesa- me dijo más dulcemente aún, pero yo no podía pensar en su dulzura, solo podía pensar en la rabia que me corroía el cuerpo, que podíamos haber muerto los dos, así que le pegué un bofetón lo mas fuerte que pude
-Idiota, nos podrían haber matado.
-No debo de ser tan idiota si no lo han hecho.
-Si quieres jugar al vivir o no vivir juega, pero juega tu solito, ni si quiera me has preguntado si quería venir...
-Y que me hubieras dicho eh? "Oh tengo que quedarme con mi papi, me da igual lo que le halla pasado a mi verdadera familia, a todos mis amigos, da igual solo me interesa el dinero de mi padre y mi nuevo y perfecto mundo". Mira un poco a tu al rededor.

Miré a los lados y solo se vía una ciudad en ruinas, todo estaba destruido, no había vida, solo miseria, los edificios estaban quemados, parecía haber pasado una guerra, parecía que hubiera pasado de todo mientras yo tomaba el té en una terraza.
-Arlet, que ha pasado aquí?
-Bienvenida al mundo princesa.

lunes, 16 de septiembre de 2013

CAPITULO 5 - Hacia el fin del mundo

"Son las 4:00, las 4:05.... ¿Por que no viene, por que no ha venido? ya debería haber llegado..." Solo podía pensar en eso.
Aquel chico, ese ángel en una harley, venia todos los días a las 4 en punto a mi instituto, se paraba, miraba hacia mi ventana, sonreía y se largaba, la verdad no me importaba, no lo tenía como un acosador ni nada por el estilo... Es mas me encantaba que viniera. En realidad me había obsesionado con el hasta el punto de salir a la calle esperándome encontrarlo y había llegado a perseguir a algún motero pensando que era el, pero es que nunca lo había visto de cerca, siempre se me escapaba... Entre tanto pensar en estas cosas sonó el timbre que indicaba que teníamos que irnos, y el no había venido. Con mi máxima cara de preocupación y hablando conmigo misma en bajo llegue a la salida y lo vi, ahí estaba, en su moto, con su chaleco de cuero y algo rojo en la muñeca, eche a correr hacia donde estaba (pensando en que se iría) pero no se fue. HaÍ estaba yo, frente a el, mirando unos preciosos ojos color miel, observando atentamente esa cicatriz en la ceja, observando cada pliegue de su piel, el momento que tanto había esperado y ese corte y ese pañuelo rojo en su muñeca había desmontado todo mi mundo.

-Arlet?!- Dije sin saber si reír o llorar, temía que me soltara algo como que me fuera con el y no saber que decirle...- Cuanto tiempo eh.

-Bueno nos hemos visto ayer.... jajajajaja.

-Arlet que haces aquí?!

-Pues hablar contigo- me dijo en tono vacilón

-ya pero.... ha pasado tanto tiempo y tantas cosas...

-Tu te alegras de verme no?- asentí con la cabeza -Pues entonces ven conmigo, sube anda.

mis temores se habían cumplido, que pasaría si me iba con el? y mi familia? vale no los apreciaba mucho, pero al fin y al cabo eran mi familia... Mi cabeza me decía que NO, pero el corazón me latía mas fuerte cada vez y me suplicaba que montase en aquella moto, así que lo hice, subí dando un suspiro.

-Y a donde vamos?

-Al fin del mundo- me susurró mirando hacia atrás.


CAPITULO 4 - mi marcha

En seguida entraron dos guarda espaldas en mi habitación mientras Verónica esperaba en la puerta a que me sacaran, me encontraron sentada junto a la ventana llorando por perder todo lo que conocía, pero no se compadecieron de mi, solo sirvió para que me pegasen un empujón hacia la salida.
Salimos del orfanato por la puerta principal, miré hacia las ventanas y en cada una de ellas se veía una carita de niña mirándome, algunas parecían envidiosas, otras se alegraban por mi sonriendo tristemente, pero me hubiera cambiando por cualquiera de ellas, en esos momentos solo podía pensar en ese niño que me hacia soñar todos los días, que me estaría esperando aquella tarde en el campo como siempre y yo no estaría ahí, así que dejé que mi mano se abriera y que el viento se llevara ese pañuelo rojo para que con suerte se enredase en la alambrada y se mantuviese ahí como recordatorio de una historia que nunca acabó, porque las historias sin un adiós, no son historias, son cuentos sin final.

Me metieron en un enorme coche volador y nos acercamos hasta la frontera, estaba llena de soldados ya advertidos de que yo sería entregada a las 4 en punto, me cambiaron por una maleta de dinero...

Y a partir de aquel día viví una vida llena de comodidades, era la favorita de papa pero yo hacia lo imposible por que me odiase, pero ninguno de mis esfuerzos daban resultado, me codeaba en las mas altas esferas, poniendo buena cara a los cumplidos que me hacían y encerrándome en mi habitación siempre que podía, cerrando los ojos, imaginando que estaba junto a el y todo era como antes.

viernes, 13 de septiembre de 2013

CAPITULO 3 - Verónica



Se oían pasos desde mi habitación, -Señorita Verónica, Señorita Verónica- Era Lupe una de nuestras cuidadoras, corría por los pasillos dando voces, estaba sin aliento e iba corriendo a un ritmo frenético, "algo gordo debe de estar pasando pensé" ye se detuvo a hablar justo en frente de mi habitación, soy de natural curioso así que no pude evitar pegar todo lo que pude y mas la oreja a la puerta...
-Señorita Verónica!!
- Ya la he oído Lupe no hace falta que chille más, ¿Se puede saber que pasa?
- Adivine quien acaba de llamar para adoptar una niña.
- ¿Como pretende que lo adivine? ¿Acaso tengo pinta de leer mentes? - Dijo tan amable como siempre...
- Pues ya se lo digo yo. ¡El mismísimo Rush! ¡El presidente de dómino! - Dómino era la parte derecha, el mundo estaba dividido en dos desde hacía cientos de años, en la derecha (América) residían los ricos y la izquierda un lugar llamado la veta los pobres o la "escoria" como así se referían a nosotros lo ricos. Nadie podía entrar ni salir de Dómino, excepto los huérfanos que eran adoptados, si lo intentabas estabas condenado a una muerte segura. - Bueno ¿y quien será la afortunada? eh, eso si, dijo que quería una niña bonita a la que no tuviera que cambiarle los pañales. ¿María? ¿Gema? no no espere ¡Ya lo tengo! - Dijo triunfal - Paula Santos, ¿que le parece?
-Sofia.
- Cual de ellas, ¿no será la pelirroja?
-¡Exacto! - Me aparté de la puesta retrocediendo de espaldas medio a gatas medio arrastrándome que temí que se enteraran, pero esa no era mi mayor preocupación, ¿por que yo? todas las niñas pijas estaban deseando este momento, el hombre mas importante del planeta, pasar al otro lado, menos yo... Yo solo quería ver a ese niño de ojos color miel, nada mas.- Nos ha dado muchos problemas, el sabrá como domesticarla, es guapa, y no lleva pañales, por fin nos libraremos de ella.

CAPITULO 2 - Nuestro primer encuentro



Yo era una niñita pelirroja de 8 años, enormes ojos azules y verdes, pecas, y bastante espabilada aquella tarde de primavera en la que lo encontré me había escapado una vez mas del internado para ir al campo, llevaba un pañuelo rojo en el pelo y un vestido de flores, y allí estaba el, parecía asustado, mirando a todos los lados como esperando que algo ocurriera. Cuando me vio retrocedió unos pasos como asustado.
-Hola ¿Como te llamas?- le dije
-"Arlet"
-JAJAJAJA que nombre tan raro, pero es bonito... ¿Y de donde has salido tu?
-Me escapé de casa, vivo en un pueblo costero- Añadió mas tranquilo.
-Arlet... - Dije en un susurro y acercando mi cara lo máximo posible a la suya - ¿Como es el mar?
-¿Que como es el mar? jajajaja ¿Nunca lo has visto?........ Pues es, es, precioso, y hay agua por todas partes, agua del color de tus ojos.
-Valla agua verde azulada, debe de ser bonito, sabes algún día iré. Me has caído bien y no tienes donde dormir así que te llevaré al orfanato para chicos, di que eres huérfano.
-¿Y cuando nos volveremos a ver?- dijo correteando detrás mía.
-Escápate del orfanato y ven aquí, si no vengo dejaré este pañuelo atado a la valla.
Dejándolo frente a la puerta me despedí de el y me fuí, estaba encantada de tener un amigo, y ademas uno tan guapo como ese niño de ojos color miel.
Desde ese día siempre volvamos a aquel campo y pasábamos las horas juntos hasta que daban las 8 y teníamos que volver. Transcurrían los días felizmente esperando el deseado momento de volverlo a ver.



jueves, 12 de septiembre de 2013

CAPITULO 1 - Arlet




Corríamos felices por el campo, riendo y gritando mientras el me hacía cosquillas, entonces nos tiramos en la hierba que flotaba sobre nuestras cabezas, mirando como brillaba el sol. Me miró, me miró de esa forma que solo el sabia hacer, haciéndome sentir que en el mundo solo estábamos los dos y nadie mas, me acarició la mejilla, y me dijo: "Algún día todo cambiará, ya lo verás." Y acto seguido me besó la mejilla tan dulce y largamente que no pude evitar sonrreir. Yo me limité a acariciarle con el pulgar esa cicatriz que tenia en la ceja derecha. Lo sabía todo sobre el, se llamaba Arlet, venía de un pueblo costero etc. todo menos como se habia hecho esa cicatrid, por mucho que se lo pregunté nunca quiso decirmelo asi que me limite a acariciarla de vez en cuando. De aquellas solo teníamos 10 y 11 años, eramos felices y deseabamos seguir así por siempre pero la vida nos tenía preparado otro destino.